Viernes 05 de Septiembre de 2025, 10:13
En redes sociales volvieron a circular fotografías de Luciana Salazar de su juventud, y la comparación con su aspecto actual desató una ola de comentarios y debates. La imagen evidencia un cambio tan drástico que cuesta reconocer a la misma persona: de una joven de rasgos suaves y naturales a una figura visiblemente modificada por el bisturí.
La polémica surge no solo por el paso del tiempo, sino por la gran cantidad de cirugías estéticas que Salazar se realizó a lo largo de su carrera. A simple vista, se notan intervenciones claras: aumento de pechos, rinoplastia (su nariz luce mucho más fina y levantada), y rellenos o cirugías en los labios, que se muestran mucho más voluminosos que en sus inicios. El contraste entre el rostro fresco de sus comienzos y la imagen actual, más rígida y artificial, es evidente.
Durante los primeros años en los medios, Salazar impactaba por su estilo sensual pero conservando facciones más delicadas. Hoy, en cambio, su aspecto parece responder a un modelo de belleza construido casi en su totalidad a base de procedimientos estéticos. Este “antes y después” vuelve a encender la discusión sobre los excesos en el uso del bisturí y los cánones impuestos en el espectáculo.
En redes sociales, muchos usuarios remarcan que el cambio va más allá del envejecimiento natural: se trata de una metamorfosis forzada por múltiples cirugías, que para algunos le quitó frescura y autenticidad. Otros, en cambio, defienden su derecho a transformar su imagen como desee.
Más allá de las opiniones, lo cierto es que Luciana Salazar convirtió su apariencia en un tema recurrente, símbolo de un tipo de celebridad que se reinventa constantemente pero que también queda atrapada en la presión estética. La foto viral es, al mismo tiempo, testimonio de su trayectoria y recordatorio de cuánto puede alterar la identidad pública el bisturí.