"Mi madre solía decir esto: para un escalador, estar en las montañas es un honor. Yo pensaré lo mismo", aseguró esta semana el hijo de Natalia Nagovitsyna (47), luego de que un último intento de rescate de la montañista rusa atrapada en el Pico Victoria, en Kirguistán, resultara vano porque no se advirtieron señales de vida. Se la declaró desaparecida y los especialistas aseguraron que su cuerpo podría recién ser rescatado dentro de un año, en el verano de 2026. Despliegues y costos considerables para cada operativo de ascenso al Victoria, un pico que tiene mayor mortalidad que el Everest, el pico más alto del mundo.
El caso de la escaladora Natalia Nagovitsyna continúa abonando la conversación en Rusia, más allá del propio ámbito del montañismo. El 12 de agosto pasado se quebró una pierna mientras descendía el Pico Victoria (7.439 m), en Kirguistán, y desde entonces quedó atrapada en la Roca de los Pájaros, una ladera a más de siete mil metros de altitud.
Durante tres semanas enteras, varios intentos de rescate llevados a cabo por otros montañistas (allegados y otros quienes la habían cruzado antes), rescatistas y autoridades locales resultaron infructuosos.
La Roca de los Pájaros, la ladera en que Nagovitsyna, ayudada por Luga Sinigaglia y otros dos montañistas que ascendieron con ella, logró montar una pequeña carpa naranja para aguardar su rescate, se convirtió –como todo parece indicar– en su lugar de eterno reposo. Así lo deslizó, con resignación, su hijo Mikhail Nagovistyn. A pesar de que hasta el 19 de agosto mostró señales de vida, las condiciones climáticas en alta montaña impidieron que se alcanzara el lugar.
Pocos días antes había muerto Sinigaglia en el intento de socorrerla, y también los otros dos montañistas debieron abandonarla a su suerte para poder salvar sus vidas. Pocos días después, un helicóptero con rescatistas debió aterrizar forzosamente a 4.900 metros de altitud y no pudo llegar hasta Nagovitsyna.
La insistencia del hijo de la montañista, quien había exhortado a las autoridades de Rusia a colaborar con las de Kirguistán, logró que a inicios de esta semana se lanzara, con financiamiento de la animadora rusa Victoria Bonya y con recursos del gobierno kurguís, una expedición con drones hacia la ladera en la que estaba atrapada la montañista. Sin embargo, no arrojó señales de vida y se concluyeron formalmente todos los esfuerzos por rescatarla.
La temporada dura sólo dos meses en el año
Desde la Federación Rusa de Montañismo acompañaron la decisión de su contraparte de Kirguistán de declarar como desaparecida a Nagovitsyna. Desde la federación kurguisa acotaron que recién se podría rescatar el cuerpo de la montañista en el verano de 2026.
El Pico Victoria (Pobeda, en ruso; Jengish Chokusu, en kirguís) puede ser escalado únicamente durante el intervalo temporal entre julio y fines de agosto. Fue en esas fechas que el helicóptero hizo el último intento de rescate de Nagovitsyna y otros vuelos que abortó incluso antes de acercarse a la carpa de la escaladora.
Más mortalidad que en el Everest
El Victoria es, a la vez, uno de los picos más peligrosos para el montañismo: a pesar de que mide casi 1.400 metros menos que el Everest (8.848 m, en la cordillera del Himalaya), tiene mayor mortalidad en relación con los ascensos. En algunos años, el Victoria ha alcanzado el 10 % de mortalidad respecto de los ascensos, comparado con el 1 o 2 % promedio del Everest.
El clima en la cima es más que hostil, con temperaturas que oscilan en el año entre los -20 y los -40 grados, con corrientes de aire fríos de Siberia y cálidos del desierto de Taklamakán, que a la vez son húmedos desde el norte y secos desde el sur. Además de frío, el viento arrasa todo a su paso; las avalanchas, otro elemento en el retablo.
En el montañismo de Asia Central se sindica que la mayoría de los escaladores del Pobeda que mueren lo hacen durante el descenso, para cuando se quedan sin fuerzas luego del considerable tesón para escalarlo en esas condiciones climáticas. Nagovitsyna estaba bajando al momento del accidente.
Rescates imposibles y costosos
Los rescates a pie en el Victoria son técnicamente posibles, pero requieren esfuerzos descomunales. Ningún cuerpo ha sido bajado de la cima del pico en toda la historia. Pero a alturas menores, por ejemplo, un operativo de salvataje puede ser, en inicio, llevado a cabo por cualquier montañista que desee socorrer, eventualmente, a otro a pie. Eso, sin embargo, podría costarle la vida a ambos.
Respecto del empleo de otros recursos, comienzan a pesar otros factores, como ser permisos oficiales, recursos disponibles, o como el aspecto económico. Medios de relevancia en Rusia, como la agencia Ria Novosti, consignan que los intentos de rescate de Nagovitsyna costaron, en su conjunto, 10 millones de rublos, casi 125 mil dólares.
Pero aún cuando el factor económico no resultara un impedimento y cuando las condiciones permitan un sobrevuelo por la zona, los recursos disponibles también comienzan a ser un elemento de peso. El último acercamiento con rescatistas hacia el lugar en que Nagovitsyna quedó atrapada se utilizó un helicóptero MI-8 de la fuerza aérea de Kirguistán, una nave que difícilmente logre superar los 6 mil metros de altitud, mil menos de donde la montañista aguardaba ser rescatada.
También señalan medios locales que habría sido la empresa Ak-Sai Travel, que organizó la expedición de ascenso de Nagovistyna, la que costeó gran parte de esos conceptos. La última expedición con drones, a principios de esta semana, fue financiada por la animadora Bonya.
El proyecto de ley Nagovitsyna, un peaje para futuros rescates a más de 6 mil metrosUna de las discusiones que se suscitó respecto del rescate de la montañista estribaba en la responsabilidad ética de las autoridades rusas, de las kirguisas y de la propia Nagovitsyna, quien firmó un acuerdo con la empresa de viajes Ak-Sai Travel para desligarla de cualquier responsabilidad por las posibles consecuencias del ascenso.
Luego de pagar casi 3.600 dólares a la agencia, la montañista firmó: "En caso de sufrir una lesión o mutilación por mi culpa o descuido durante mi participación en este programa, yo, Natalia Igorevna Nagovitsyna, confirmo que asumo plena responsabilidad por mi salud, la idoneidad de mis acciones y mi seguridad personal".
Eduard Kubatov, jefe de la Federación de Montañismo de Kirguistán, justificó el fin de los esfuerzos por rescatar a la montañista: "Hicimos todo lo posible para el rescate pero las severas condiciones no permitieron los resultados esperados. En la historia del montañismo del Pico Victoria, no hubo una operación de rescate exitosa a esa altitud, y no tuvimos derecho a arriesgar más la vida de los rescatistas".
Por lo pronto, el parlamento de Kirguistán ya tomó cartas sobre el asunto. El diputado Emil Toktoshev elevó un proyecto de ley para introducir un sistema de permisos especiales para escalar picos de más de 6.000 metros y también obligaría a los escaladores a obtener un seguro obligatorio que cubra la atención médica y la evacuación en caso de emergencia.
Según el diputado kirguís, los fondos que ingresarán al presupuesto del país gracias al proyecto de ley se podrán utilizar para un mayor desarrollo de campamentos y senderos de montaña y para financiar operaciones de rescate, como el de Nagovitsyna. /
Clarín