Martes 09 de Septiembre de 2025, 07:55
El resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires ya dejó su primer coletazo en las distintas variables financieras. El dólar subió $45 hasta cerrar en $1425 en el Banco Nación y el riesgo país superó los 1100 puntos. De esta manera, el escenario económico queda aun más tensionado al menos hasta las nacionales de octubre y pone al programa del Gobierno frente a varios riesgos.
En el segmento mayorista, el tipo de cambió finalizó la jornada en $1408 -un aumento de más del 3%-, aunque se acercó a los $1450, al borde del techo de la banda que se ubica en la zona de los $1470.
En este escenario, Javier Milei se reunió dos veces con sus ministros. De la primera convocatoria no participó Luis Caputo, que fue a la Casa Rosada al mediodía con el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, para encontrarse con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn. Esa reunión estaba pactada previamente y sirvió para repasar la evolución de las operaciones de crédito en curso. Por la tarde, Caputo asistió nuevamente a la Casa de Gobierno, pero esta vez acompañado por el titular del Banco Central, Santiago Bausili.
Puertas adentro del equipo económico mantuvieron cierta cautela sobre el impacto de las elecciones bonaerenses. Por un lado, consideraron que la suba del dólar resultó “menos dramática” de lo que se esperaba.
Por eso, en el Ejecutivo prestan especial atención a la licitación del próximo miércoles, en la que vencen unos $7,2 billones. Hasta ahora, la estrategia oficial se basó en convalidar tasas de interés muy por encima de la inflación y subir los encajes bancarios -que hoy se ubican en 53,5%- para contener los pesos y evitar que se vayan al dólar. Por eso, una alternativa posible es volver a ajustar al alza el mínimo de efectivo inmovilizado.
Lo que sí despertó mayor preocupación fue la escalada del riesgo país. Lo que sucede es que la suba del índice que mide JP Morgan complica los planes oficiales para conseguir financiamiento externo y hacer frente a los compromisos de deuda, especialmente el año que viene.
Además, los analistas descuentan que la tensión cambiaria continuará al menos hasta octubre y que el dólar se acomodará en el rango de los $1400. La contracara es que, con un tipo de cambio rozando el techo de la banda de flotación, el Tesoro probablemente profundice sus intervenciones en el mercado o, si se supera ese umbral, que el Banco Central sacrifique parte de sus reservas.
“Los bonos y el equity reflejarán un combo de falta de reservas en el presente y amenaza de reducción del superávit fiscal en el futuro. Cambiar la política y no la economía es una estrategia riesgosa si se considera que los US$14.000 millones del FMI para defender el techo de la banda pueden agotarse en un esquema de control de cambios para las compañías pero que tienen brecha cero gracias al arbitraje de las personas. Aceptar la derrota en su verdadera dimensión implica la necesidad de modificar el esquema de bandas, administrar la convergencia a un tipo de cambio real que permita acumular reservas”, consideraron en PxQ.
En este sentido, si se endurece aún más la política monetaria y se elevan los encajes y las tasas de interés, el impacto negativo sobre la actividad económica podría extenderse más de lo esperado.
“El principal riesgo para el Gobierno pasa por lo macroeconómico. Una suba del dólar al techo de la banda podría interrumpir el proceso de desinflación, deteriorar el humor social y alimentar el voto castigo. En ese marco, bonos y acciones enfrentarán semanas de debilidad hasta que haya mayor claridad sobre la coyuntura económico financiera", cerraron los expertos de Delphos. /TN