El
viaje también puso en evidencia los problemas crónicos de la estructura
partidaria de La Libertad Avanza, que carece de un verdadero armado
nacional y de líderes consolidados en las provincias.
1. La falta
de una estructura sólida en Tucumán: El partido en la provincia ha
estado marcado por internas, desplazamientos y falta de líderes
representativos. La LLA tucumana no tiene una base territorial robusta.
El acto en sí mismo, con un público reducido y organizado de manera
precaria, reflejó la debilidad del espacio en una provincia con un
peronismo y un bussismo históricamente fuertes.
2. El modelo de
"armado" vertical y personalista: La estrategia de Karina Milei, junto a
Martín Menem, ha sido la de centralizar todo el poder en Buenos Aires,
relegando a las figuras locales que fueron claves en la campaña de 2023.
Se optó por una estrategia de "candidaturas puras" para las próximas
elecciones, pero sin la capacidad de convocar y movilizar a la
militancia. Esto ha generado descontento y distanciamiento de ex
aliados.
3. Falta de financiamiento y denuncias de venta de
candidaturas: El "armado" nacional de LLA se ha visto envuelto en
controversias por supuestas ventas de candidaturas en el pasado, lo que
ha debilitado la credibilidad del partido. Al no contar con un
financiamiento partidario sólido, la estructura provincial se construye
de manera precaria, dependiente de favores y alianzas que a menudo
terminan en conflictos.
El viaje a Tucumán, concebido como el primer acto público en
el que Karina Milei asumiría un rol protagónico, buscaba presentarla
como la líder política y articuladora del espacio, más allá de su rol
detrás de escena como la principal asesora de su hermano, el presidente
Javier Milei. La idea era capitalizar su creciente influencia en la toma
de decisiones y en el manejo del partido.
Sin embargo, el
resultado fue lo contrario a lo esperado. El discurso de Karina Milei
fue calificado por analistas políticos como un "fracaso comunicacional".
El video sin editar que circuló ampliamente mostró una oratoria
insegura, con "furcios" y frases genéricas, lo que minó la imagen de
liderazgo que se pretendía proyectar. En un contexto de alta crispación
social y de denuncias de corrupción, el mensaje se percibió como débil e
ineficaz.
La polémica foto del arrumaco con Martín Menem en el
Aeropuerto, sumada a las protestas de personas con discapacidad que la
acusaban de ser responsable del desfinanciamiento de la ANDIS, terminó
de erosionar la imagen del evento. Lejos de posicionarse como una figura
política sólida, Karina Milei quedó expuesta a críticas y a la
percepción de que su "poder" no se traduce en habilidades de
comunicación ni en el manejo efectivo de la política territorial.