El joven recordó que el sueño empezó en la provincia de Santiago del Estero donde compraron un campo; allí se gestó la idea de fabricar una muzzarella propia, y fue en el 2017 cuando finalmente instalaron el tambo en Tafí del Valle, “en una ruta muy transitada porque es la que va hacia Cafayate”.
“Nos vinimos desde allá con todo: la planta, las vacas...y
acá cambiamos del sistema convencial de tambo al robótico. Como la ubicación lo permite, potenciamos el desarrollo del turismo rural con visitas guiadas al establecimiento, y la venta de nuestros quesos regionales artesanales”, detalló Sebastián.
“Nos costó mucho hacer todo esto”
El tambero destacó que las características geográficas son clave tanto en lo que producen como en la experiencia que le ofrecen a los turistas. “Hay una cuenca lechera grande, distinta por el microclima, que ayuda al estacionamiento del queso, permitiéndonos hacer una cáscara más dura y una pasta más cremosa”, describió.
La calidad de la leche también se ve potenciada porque “la hacienda se beneficia de que no hay altas temperaturas y están en un galpón, en cama fría”.
“La tecnología te tira toda la data: imaginate que el sistema si no limpiás bien el área, no te deja ni ordeñar”, le explicó a TN.
Sebastián dijo que se siente “100% orgulloso de su familia”, y también de las devoluciones que recibe de los turistas y en las redes sociales. “La repercusión es fantástica. La gente se sorprende y nos los hace saber. La devolución nos deja muy contentos, porque nos costó mucho hacer todo esto y en ningún lugar del mundo te van a mostrar lo que nosotros mostramos”, aseguró.
/TN