Domingo 28 de Septiembre de 2025, 05:01
La convulsionada situación política de Juan Bautista Alberdi, marcada por la intervención municipal luego del escándalo por supuestos vínculos de exfuncionarios con el narcotráfico, no frenó el interés por competir en las urnas.
El 26 de octubre, los ciudadanos del distrito del sur tucumano encontrarán 26 boletas diferentes en el cuarto oscuro, con un total de 388 candidatos oficializados, según confirmó la Junta Electoral Provincial (JEP).
El padrón definitivo asciende a 23.156 electores, incluyendo a jóvenes de 16 y 17 años cuya participación es optativa. Con estas cifras, la proporción alcanza a un postulante por cada 59,68 votantes habilitados, una de las tasas más altas de la provincia.
Entre los aspirantes hay seis para intendente y 382 para concejales (titulares y suplentes).
La cifra, sin embargo, representa una disminución frente a las elecciones provinciales de 2023, cuando se había registrado un candidato cada 26 votantes en Alberdi (con 882 inscriptos sobre un padrón de 22.847 ciudadanos).
El contraste con las estadísticas generales de Tucumán también es llamativo. En las últimas elecciones provinciales, considerando los 18.186 postulantes oficializados frente a 1.312.532 electores, la proporción fue de un candidato cada 72 votantes.
En ese marco, Alberdi se mantiene como un distrito con fuerte índice de participación política en relación a los cargos en juego.
El proceso electoral busca normalizar las instituciones locales tras la salida del histórico intendente justicialista Luis “Pato” Campos y los diez concejales que integraban el cuerpo deliberativo. La mayoría de las boletas en competencia corresponde a acoples del armado peronista “Tucumán Primero”, lo que muestra la relevancia que tendrá el oficialismo provincial en la contienda.
Para el politólogo Javier Ghio, el fenómeno no es nuevo en Tucumán. Recordó que desde la reforma constitucional de 2006 y la incorporación del sistema de acoples se multiplicaron los partidos, lo que derivó en una gran oferta electoral.
Ghio explicó que este esquema genera “dualidad”: pocos partidos fuertes disputan las intendencias, mientras que en los concejos deliberantes se produce una atomización que fragmenta la representatividad. Esto, advirtió, provoca que muchos espacios respondan más a intereses territoriales que a proyectos sociales, culturales o ideológicos.
“En contextos de crisis económicas y sociales, muchas personas encuentran en la candidatura una salida laboral y no una vocación de servicio. Eso deriva en un descrédito social hacia la política”, señaló el especialista, quien además advirtió que este ciclo de antipolítica puede profundizar la distancia entre representantes y representados.
Pese a las críticas, Ghio sostuvo que el debate sobre los acoples o una eventual reforma constitucional es secundario frente a la discusión central: qué tipo de cuerpos legislativos se pretende construir. “La clave es si serán eficaces o no en representar, legislar y controlar”, concluyó.