Otra mujer allí presente, oriunda de Misiones, reveló que aguardaba a su sobrino. “Él tenía su departamento, su trabajo, su camioneta y le quedó todo allá. Mi hermano (el padre) recibía información de él a través de Migraciones, pero nunca se pudo comunicar directamente. Vienen con lo puesto, con lo que agarraron o, mejor dicho, con la ropa que tenían en el momento que los agarraron”, manifestó la señora, que añadió que su pariente “también trabajaba en gastronomía”.
Una vez en suelo argentino, los deportados tuvieron que atravesar un serie de procedimientos internos en el área de Migraciones de Ezeiza. Posteriormente, fueron liberados alrededor de las 2 de la mañana acompañados por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que se encargaban de abrir el portón de ingreso (que hasta entonces había permanecido cerrado) y pronunciar sus apellidos para que los allegados apostados del otro lado de las rejas se acercaran a retirarlos. Solo cuatro lo hicieron por esa vía, a pie: algunos apenas portaban pequeñas bolsas de pertenencias, mientras que otros nada en sus manos.
Los tres restantes, cuando ya no quedaban familiares presentes, fueron trasladados directamente por una camioneta de la PSA, aunque no se dieron a conocer sus paraderos ni se pudieron visualizar sus rostros al haber estado en todo momento, dentro del móvil policial. Tras el operativo, sin embargo, trascendió la existencia de “un caso por explotación sexual y otro por manejar en estado de ebriedad”, pero no hubo mayores precisiones sobre los involucrados.
Expulsados de Estados Unidos
Luego de pasar semanas, 30 días o hasta meses detenidos en diversas ciudades estadounidenses, la deportación de los argentinos está relacionada a vencimientos de la VISA, ingresos irregulares o vínculos con delitos penales. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) del Gobierno de Trump, afirmó que en total "dos millones de inmigrantes ilegales han salido de Estados Unidos en menos de 250 días, incluyendo aproximadamente 1,6 millones que se han ‘autodeportado’ voluntariamente y más de 400.000 deportaciones (forzadas)“. La cifra contempla desde finales de enero pasado, cuando dio inicio el segundo mandato presidencial de Trump.
“El control de las visas estadounidenses no termina cuando se emite la VISA. Estados Unidos monitorea de manera continua a los titulares de VISA para asegurarse de que cumplen con las leyes y normas de inmigración. Si no lo hacen, sus visas serán revocadas y serán deportados”, informó la Embajada de Estados Unidos en Argentina durante la semana pasada en un comunicado al respecto.
La primera mujer que habló con este medio, cuestionó los procedimientos. “Lo que se dice es que durante el anterior Gobierno (de Joe Biden), entró mucha gente con el propósito de delinquir. Pero acá, además de a esos, están echando también al gente laburante, al que fue a buscar un futuro mejor. Si tuviste un tiempo de ilegal, por más corto que haya sido y a pesar de regularizar tus documentos, te sacan”, sintetizó.
Los cuatro vuelos registrados hasta el momento arribaron a Ezeiza. Del avión del 12 de junio pasado, no se oficializó la cantidad de pasajeros deportados, pero habría traído a unos 16 argentinos a bordo de un Airbus A320-214 de GlobalX.
Luego, el 11 de septiembre, en plena madrugada y tras haberse filtrado la noticia en los medios, las autoridades recibieron al segundo grupo con 10 argentinos repatriados desde Louisiana. Tras escalas por Bogotá (Colombia) y Belo Horizonte (Brasil), el vuelo llegó al aeropuerto internacional ubicado en el partido homónimo del sur bonaerense en un avión Boeing 767-300 de la compañía Omni Air International, también contratada por el Gobierno estadounidense.
Por su parte, el avión del 26 de septiembre aterrizó la noche del último viernes, en este caso con 15 ciudadanos de nuestro país, según pudo corroborar LA NACIÓN, en un Boeing 767-300 de la empresa Eastern Airlines, tras una escala previa por Lima (Perú). Todos ellos se sumaron a los 7 deportados este martes 30 de septiembre a la madrugada, lo que elevó a casi medio centenar de deportaciones de argentinos desde Estados Unidos en cuatro meses.