Viernes 17 de Octubre de 2025, 19:30
El estadio de Miami ardía bajo las luces y la euforia de un nuevo partido amistoso de la selección argentina. Entre la multitud y los flashes, una figura sobresalía no por su camiseta ni por su grito de gol, sino por una escena fuera del campo: Agustina Kogan, influencer invitada, decidió apuntar su cámara y su admiración hacia un protagonista indiscutido. En su video, ligero y desenfadado, confesó ante miles de seguidores lo que muchos piensan en silencio: “Etiquétenlo así lo ve, te amo Lauti”. Esa frase flotó en las redes como chispa encendida.
Pero nadie —ni la propia Agustina— imaginó la avalancha que vendría después. Lo que empezó como un chiste viral terminó con las etiquetas dirigiéndose en masa hacia un nombre muy distinto: Agustina Gandolfo, actual pareja del futbolista Lautaro Martínez y madre de sus dos hijos. ¿La razón? Usuarios que, lejos de limitarse a reír, soltaron comentarios que rozaron la insinuación y hasta la acusación: consideraron que había pruebas necesarias para catalogar a Kogan como la “amante” oficial del deportista.
Aquí comenzó la verdadera tormenta y Gandolfo respondió con la furia de quien no teme al ruido virtual. “No le quería dar engagement, pero le vamos a dar una mano a ver si le llega algún laburo y no tiene que trabajar con señores mayores que le pagan palcos para presumir que se lo dio un jugador”, escribió, cortante, tajante. “Me lo borró. Decía, si me tuviese que preocupar por este cachivache chicos… nos reímos todos de ella”, lanzó en otro mensaje, rápidamente retirado por la creadora de contenido, pero no lo suficiente para calmar la tempestad. ¿Se podía volver atrás después de tanta exposición?
La pareja de Lautaro Martínez no retrocedió. Todo lo contrario. Publicó en sus historias de Instagram lo que suele mostrar: su rutina, elecciones de moda. Pero esta vez, la frase al pie de una de las publicaciones tenía el filo de la ironía: “Sí, hermanas, me levanté rota los huevos”. Era imposible no leer entre líneas la referencia a la polémica.
En el otro rincón virtual, Kogan sorteaba una marejada de mensajes hostiles tras su video. Optó por aclarar su posición: “Gente, para que terminen de especular. Al partido fui a trabajar. Algunos de ustedes me pasaron a saludar y qué risa. Ese pase fue por estar laburando ahí”, resonó en sus historias y, con eso, dio por finalizado el malentendido sobre su presencia en el palco preferencial.