"Familia de emprendedores, prestan dinero online sin letra chica": así se presentaban los Guanuco en La Gaceta en 2023

Sábado 18 de Octubre de 2025, 09:02

La publicación de La Gaceta del 30 de diciembre de 2023



Durante los últimos años, la familia Guanuco se presentó en Tucumán como un grupo de jóvenes emprendedores exitosos, innovadores y con capitales propios. En una extensa nota publicada por La Gaceta el 30 de diciembre de 2023, los cinco hermanos —Natalia, Gustavo, Luciana, Diego y Federico— contaban con orgullo que habían conformado un grupo económico familiar centrado en negocios digitales y financieros. En ese momento se mostraban como un ejemplo de talento local: todos eran menores de 40 años, con formación profesional, y sostenían que su crecimiento se debía al esfuerzo, la visión y la transparencia.

Según la publicación, el emprendimiento había comenzado con una firma de servicios contables llamada StartUp Tucumán, y luego se había expandido hacia otros rubros: una fábrica de muebles denominada Sithio, una plataforma de administración de consorcios llamada ExpensasClaras, y su proyecto más visible, SundayMoney, una fintech dedicada a otorgar microcréditos en forma 100% digital. En esa entrevista, los hermanos se presentaban como impulsores de un modelo financiero distinto, enfocado en la inclusión y la tecnología, y aseguraban que su sistema de préstamos funcionaba “sin letra chica”.

La nota, de tono elogioso, describía cómo los Guanuco afirmaban prestar dinero de manera completamente online y sin intermediarios, ofreciendo créditos que iban desde los 50.000 hasta los 500.000 pesos. Detallaban que su tasa nominal anual era del 264%, un número que, según ellos, resultaba “bajo en comparación con lo que se veía en la competencia”. En sus palabras, no había trampas ni costos ocultos. “Queremos ayudar, pero sin asfixiar, y con reglas de juego transparentes en cuanto a las condiciones y las cuotas”, declaraban. Aseguraban que el 50% de los clientes que tomaban préstamos regresaba para solicitar uno nuevo, lo que —decían— demostraba confianza y fidelización. “Tenemos una gran lealtad de nuestros usuarios porque no hay sorpresas. Todo está claro desde el principio y eso se refleja en el contrato”, explicaban.


Los hermanos Guanuco insistían en que su empresa funcionaba con capital netamente tucumano, sin inversores externos, y que esa autonomía les permitía manejar su cartera de manera responsable. En ese momento, SundayMoney también operaba en algunas localidades de Santiago del Estero y planeaba extenderse a otras provincias. Incluso mencionaban la posibilidad de expandir su software de consorcios a otros países, como México y Colombia. Según La Gaceta, su mora era baja —tres de cada cien deudores—, aunque hacia diciembre había trepado a siete por cada cien debido al contexto electoral y económico. Su discurso era el de un grupo familiar emprendedor que había encontrado un nicho rentable y ético dentro de un sistema financiero que excluía a muchos.

Sin embargo, el escenario cambió por completo. En 2025, Sunday SRL —la sociedad vinculada a los hermanos Guanuco— quedó en el centro de una investigación judicial por una presunta estafa piramidal. La denuncia inicial derivó en una causa con múltiples damnificados, que aseguran haber entregado grandes sumas de dinero a la firma con la promesa de obtener rentabilidades extraordinarias. Según los testimonios recabados, la empresa ofrecía inversiones en pesos y en dólares con ganancias mensuales que iban del 10 % al 15 %, y plazos de entre tres y seis meses. Los inversores recibían contratos o comprobantes de inversión y, al principio, los pagos se realizaban con puntualidad, lo que aumentó la confianza. Pero con el correr de los meses, los pagos comenzaron a demorarse y finalmente se interrumpieron.

De acuerdo con los denunciantes, algunos contratos prometían que una inversión de 10.000 dólares podía generar hasta 9.000 de ganancia en medio año, una rentabilidad desmesurada que despertó sospechas cuando el flujo de pagos se detuvo. La caída del sistema habría comenzado a mediados de julio de 2025, cuando Sunday SRL empezó a incumplir los compromisos asumidos con los inversores. Desde entonces, la cantidad de denuncias se multiplicó. Hasta el momento se registraron al menos veinte presentaciones judiciales, aunque se estima que las víctimas podrían ser muchas más. Los montos reclamados superan los 197 millones de pesos y los 154.000 dólares.


La investigación judicial apunta a determinar si los fondos aportados por nuevos inversores eran utilizados para pagar a los anteriores, como ocurre en los esquemas piramidales. Se ordenaron allanamientos en las oficinas de la firma, ubicadas en avenida Aconquija al 1.200, en Yerba Buena, y se dispuso el congelamiento de bienes de los responsables. Los investigadores analizan también la red de empresas del grupo y las transferencias entre sociedades para determinar si hubo desvío de capitales o lavado de activos.

Vecinos de la zona declararon que desconocían que en esa vivienda funcionara una financiera, y que los Guanuco se mostraban públicamente como empresarios jóvenes con múltiples proyectos tecnológicos. Los investigados tenían “múltiples emprendimientos” y que su perfil público de innovadores contrastaba con la acusación actual de haber montado una estructura destinada a captar fondos mediante promesas de rentabilidad difíciles de sostener.

El contraste entre la imagen que ofrecían hace dos años y la situación actual es notorio. En 2023 eran presentados como un símbolo de innovación tucumana: cinco hermanos unidos, con vocación emprendedora, que aseguraban operar con transparencia y ética. En 2025, esa misma familia enfrenta una causa penal que intenta determinar si detrás de la fachada de una fintech de microcréditos se escondía un mecanismo de defraudación masiva. Lo que antes aparecía como una historia de éxito y modernidad, hoy es investigado como una posible estafa piramidal que habría perjudicado a decenas de ahorristas.

Si bien el proceso judicial recién comienza, el caso de la familia Guanuco se transformó en uno de los escándalos financieros más resonantes de Tucumán en los últimos años. La historia de quienes alguna vez prometieron prestar dinero “sin letra chica” hoy se analiza desde otra óptica: la de una red empresarial que habría pasado de modelo de emprendimiento a sinónimo de fraude.