Tucumán fue el distrito más grande con victoria del PJ: Jaldo gana peso entre los gobernadores para el diálogo con la Casa Rosada

Lunes 27 de Octubre de 2025, 09:27

Milei y Jaldo



En un escenario electoral marcado por el triunfo nacional de La Libertad Avanza y el liderazgo consolidado de Javier Milei, Tucumán se destacó como una excepción. El gobernador Osvaldo Jaldo logró una contundente victoria del peronismo en la provincia, convirtiéndose en uno de los nueve mandatarios del país que se impusieron en sus distritos.

El dato cobra especial relevancia: de los 23 gobernadores del país, apenas un tercio consiguió ganar en su propio territorio. Tucumán fue, además, la provincia más importante en población donde triunfó el justicialismo, lo que refuerza el peso político de Jaldo dentro del mapa nacional.

Milei ganó en 8 de las nueve jurisdicciones con más habitantes, perdiendo únicamente en Tucumán.

El gobernador tucumano emerge ahora con una posición fortalecida frente a la Casa Rosada. En un contexto donde la mayoría de sus pares fueron derrotados por el avance libertario, Jaldo conserva un caudal de legitimidad que lo posiciona como una voz de peso con su propio bloque en el Congreso.

Su victoria contrasta con la derrota de mandatarios de peso como Martín Llaryora (Córdoba) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe), referentes de Provincias Unidas, quienes perdieron por amplia diferencia frente a los candidatos de Milei. También cayeron figuras de partidos provinciales que hasta hace poco eran hegemónicos, como Gustavo Sáenz (Salta) y Rolando Figueroa (Neuquén).

En ese contexto, Jaldo se consolida como uno de los pocos gobernadores con autoridad política y respaldo electoral suficiente para negociar en mejores condiciones con el Gobierno nacional, en momentos en que Milei busca recomponer puentes con las provincias.

Una oportunidad para negociar con Milei

Tras las elecciones, el presidente Javier Milei cambió el tono de su discurso: convocó a los mandatarios provinciales al diálogo y destacó que muchos oficialismos locales se consolidaron como segundas fuerzas. Sin embargo, el mapa político lo deja en una posición ventajosa: la Rosada necesitará aliados en el Congreso para avanzar con las reformas estructurales pendientes —laboral, previsional y tributaria—, y los gobernadores que no lograron sostenerse en las urnas llegan debilitados a esa mesa de negociación.

El triunfo peronista en Tucumán, en cambio, le permite a Jaldo convertirse en un interlocutor de peso para discutir temas centrales como la distribución de los fondos nacionales, los Aportes del Tesoro (ATN) y el reparto del impuesto a los combustibles, proyectos que fueron vetados o frenados por el Ejecutivo en los últimos meses.

Mientras en gran parte del país el peronismo retrocedía, Tucumán mantuvo su fidelidad histórica al movimiento, reafirmando su condición de bastión electoral del norte argentino. Con una estructura política sólida, un aparato territorial aceitado y un mensaje centrado en la gestión, Jaldo logró resistir la ola libertaria que se impuso en la mayoría de las provincias.