Crimen del contador: el cerco se cierra en torno a dos sospechosos

Martes 28 de Octubre de 2025, 05:40

PERICIAS. Las evidencias halladas en la casa de José Antonio Romano y las imágenes de las cámaras de seguridad de Aguilares, encaminan la investigación.



La investigación por el crimen del contador José Antonio Romano (52) avanza con dos sospechosos prófugos y una serie de indicios que, según el fiscal Miguel Varela, comienzan a aclarar uno de los hechos más estremecedores registrados en Aguilares en los últimos años. 

El homicidio del trabajador de la Dirección General de Rentas, cuyo cuerpo fue encontrado dentro de un freezer en su casa de fin de semana, conmocionó a la provincia y ya alcanzó repercusión nacional.

El caso salió a la luz cuando una hermana de la víctima, preocupada por la falta de comunicación, decidió ir a su domicilio el domingo al mediodía. Un mensaje que había recibido horas antes —y que le resultó extraño en el modo de escritura— alimentó su inquietud. Al ingresar, descubrió la escena que luego confirmaron los investigadores: Romano había sido asesinado y su cuerpo ocultado en el interior del electrodoméstico.

Al realizar los primeros peritajes, la Policía halló pequeñas manchas de sangre en la escalera y junto al freezer ubicado en la planta baja. Un banco de ejercicios golpeado y con rastros hemáticos también quedó incorporado al análisis. No hubo signos de desorden ni faltantes de valor, lo que debilitó inicialmente la hipótesis de un robo.

Cámaras de seguridad de la zona aportaron un dato clave: la noche del sábado, el contador se subió a una camioneta Amarok blanca junto a un hombre aún no identificado. Ingresaron a la vivienda antes de las 23.45. Pasada la 1, el acompañante salió solo en el vehículo, regresó cerca de 40 minutos después acompañado por otro sujeto y ambos volvieron a retirarse en la camioneta. Esa misma unidad apareció abandonada el domingo frente a una cancha del barrio Villanueva, sin patente, aunque cerrada con llave.

Vecinos consultados dijeron no haber visto movimientos extraños, pero varios reportaron una discusión dentro de la vivienda la noche del crimen. Con esos elementos, el fiscal Varela sostiene por ahora una hipótesis: el contador mantuvo un conflicto con su acompañante, quien luego habría pedido ayuda a un cómplice para deshacerse del cuerpo. El hecho pudo haber sido planeado o desencadenarse en medio de una pelea.

La autopsia se demoró más de 24 horas porque el cuerpo permanecía congelado, y el freezer debió ser llevado a la morgue para acelerar el proceso. Si bien el informe definitivo está pendiente, los peritos anticiparon dos posibles causas de muerte: estrangulamiento con un elemento que habría sido improvisado a partir de cables cortados en la casa, o una lesión de arma blanca en la zona del cuello.

Romano era muy conocido y respetado en su ámbito laboral. Vivía durante la semana en San Miguel de Tucumán y solo algunos fines de semana dormía en la casa donde fue hallado sin vida. Su círculo cercano lo describió como un hombre reservado, lo que complica reconstruir vínculos o conflictos recientes.

Hasta ahora, la Policía solo demoró —y luego liberó— a dos jóvenes cuya presencia en un vehículo parecido al buscado generó sospechas. Se cree que los autores, de entre 18 y 30 años y probablemente residentes en Villanueva, podrían haber abandonado la provincia tras conocerse el hallazgo.

La búsqueda continúa con intensidad. El fiscal pidió profundizar los análisis de cámaras, testimonios y evidencias materiales para dar con los responsables. Mientras tanto, la comunidad de Aguilares permanece consternada ante un crimen cuya brutalidad y planificación todavía generan más preguntas que respuestas.