Domingo 09 de Noviembre de 2025, 20:45
En el mundo del
entrenamiento físico, el
descanso suele verse como un lujo o una señal de pereza. Sin embargo, la ciencia demuestra que los días de recuperación son
tan esenciales como las propias sesiones de ejercicio. Lograr un equilibrio entre esfuerzo y reposo puede marcar la
diferencia entre el progreso sostenido y el agotamiento.
La recuperación: el componente olvidado del rendimientoSegún especialistas en fisiología del deporte, cada entrenamiento es un estímulo que genera estrés en el organismo. Durante el descanso, el cuerpo repara tejidos, fortalece músculos y adapta el sistema cardiovascular.
“Es en el descanso donde ocurre la verdadera mejora”, explicó la doctora Sarah Connors, fisioterapeuta deportiva del Reino Unido, en diálogo con The Guardian.
La
falta de recuperación adecuada puede generar fatiga acumulada, pérdida de fuerza e incluso alteraciones del sueño. Por eso, el descanso no debe verse como tiempo perdido, sino como una herramienta de progreso.
Cómo responde el cuerpo al descanso activoNo todo descanso implica inactividad total. Los expertos recomiendan el
“descanso activo”, que incluye actividades de baja intensidad como caminar, nadar suavemente o realizar estiramientos. Estas acciones ayudan a mejorar la circulación y acelerar la eliminación de desechos metabólicos.
“El descanso activo mantiene al cuerpo en movimiento sin exigirlo demasiado”, señaló el entrenador personal Mark Thomas. “Es ideal para quienes entrenan varios días seguidos o buscan mantener la flexibilidad y movilidad”.
Los riesgos del sobreentrenamientoEntrenar sin descanso suficiente puede resultar contraproducente. El exceso de carga física genera
inflamación, disminuye el rendimiento y aumenta el riesgo de lesiones. Entre los síntomas más comunes del sobreentrenamiento se encuentran el cansancio constante, la irritabilidad y la dificultad para concentrarse.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Stanford, los atletas que reducen su tiempo de recuperación presentan una mayor incidencia de lesiones musculares y un rendimiento inferior en pruebas de fuerza y resistencia.
La importancia del sueño en el progreso físicoEl sueño cumple un rol decisivo en la
regeneración muscular y la regulación hormonal. Durante las fases profundas del sueño, el cuerpo libera hormona del crecimiento, esencial para la reparación de tejidos. “Sin un sueño adecuado, no hay adaptación posible”, advirtió la especialista en neurofisiología del sueño, la doctora Helen Driver.
Dormir entre siete y nueve horas por noche se considera óptimo para adultos activos. Un descanso insuficiente puede alterar la coordinación motora, la toma de decisiones y el equilibrio energético.
Cómo estructurar una semana equilibradaLos expertos coinciden en que una rutina efectiva debe combinar entrenamientos exigentes con periodos de recuperación. Las recomendaciones generales incluyen:
- Incorporar al menos uno o dos días de descanso completo cada semana.
- Alternar sesiones de alta intensidad con entrenamientos más suaves o de movilidad.
- Priorizar el sueño y la nutrición post-entrenamiento para maximizar la recuperación.
- Escuchar las señales del cuerpo y ajustar la carga según el nivel de fatiga.
Recuperar también la menteEl descanso no solo restaura el cuerpo, también protege la salud mental. Tomarse un día libre del ejercicio permite reducir el estrés, mejorar el enfoque y mantener la motivación. “Entrenar sin descanso puede volverse una forma de autoexigencia poco saludable”, afirma Connors. “El bienestar integral requiere tanto esfuerzo como pausa”.