Martes 18 de Noviembre de 2025, 09:06
Lo que debía ser el día más esperado terminó convertido en una pesadilla. El viernes pasado, Evelyn —una joven de 20 años— llegó a las 9 de la mañana a la Nueva Maternidad Provincial de Córdoba para dar a luz a su beba. Había cumplido las 40 semanas y todos los controles previos indicaban que ambas estaban en perfecto estado de salud.A poco de ingresar, fue internada e iniciaron la inducción del parto. Pasaban las horas, pero Evelyn no dilataba, por lo que los médicos decidieron postergar todo hasta el sábado y prepararla para una cesárea. Nada hacía presagiar lo que ocurriría después: la beba nació con vida, pero murió minutos más tarde. “Así como entramos las dos sanas, tendríamos que haber salido las dos, yo con mi hija en brazos”, dijo entre lágrimas la joven.
Evelyn realizó todos los controles hasta la semana 36 en el Hospital Florencio Díaz. Luego fue derivada a la Nueva Maternidad, donde asistía dos veces por semana hasta la semana 38. Incluso se realizaba estudios particulares: “La bebé estaba perfecta, íbamos las dos bien”, aseguró.
El lunes 10, la joven fue a la guardia, pero le dijeron que aún faltaba para el parto. Como no consiguió turno para el jueves, decidió internarse directamente el viernes, porque ya estaba en fecha.
A las 10.30 comenzaron la inducción con pastillas cada cuatro horas. No había contracciones y no dilataba. El sábado por la mañana confirmaron que la beba estaba bien posicionada y con latidos normales. Finalmente, resolvieron hacerle una cesárea.Evelyn relató que todo empezó a volverse extraño apenas ingresó a quirófano: dijo que le colocaron la epidural tras tres intentos fallidos y que había personal sin la vestimenta reglamentaria: “Una doctora estaba en corpiño, con bata, pero sin cofia ni guantes. Y una enfermera casi desnuda debajo de la bata”. También aseguró que un administrativo obligó a una enfermera a quedarse charlando mientras la operaban.
A esto se sumó que la cirugía quedó en manos de practicantes. “Había una sola doctora que les explicaba a lo lejos. ‘Corta derecho, recto y sin miedo’, les decía. Iban más abajo, más arriba. Yo veía todo reflejado en el vidrio”, contó.
Cuando estaban por abrir el útero, llamaron a su mamá. Luego escuchó: “Dale que se viene”. Fue entonces cuando presenció lo que marcaría para siempre ese día.
“Cuando la quisieron sacar, se les cayó para dentro. Se les resbaló dos veces para la panza”, dijo. Finalmente, extrajeron a la beba, que movía los pies y las manos, pero no lloraba. Se la llevaron de inmediato y no se la mostraron.
Tras la cirugía, Evelyn preguntó por su hija. “Está afuera”, respondieron, sin detalles
. Minutos después, ya en una sala común, escuchó el llanto desconsolado de su madre. Los médicos le informaron que la beba había muerto porque “tragó líquido amniótico”. Ella insiste en que ocurrió cuando se les resbaló en el vientre.
“Nadie me revisó. Me levanté sola de la cama. Estoy cortada al medio y no hicieron nada. Ni siquiera tengo a mi bebé”.
Contó que llevó una mudita para que la vistieran al nacer, pero nunca la usaron. Fue su madre quien recibió el cuerpo antes de que comenzara a ponerse morado.
El domingo pidió el alta voluntaria y presentó una denuncia penal. “No nos dieron ni un papel. No sé cuánto midió ni cuánto pesó. Me sacaron la bebé y listo. Ellos me la mataron”, dijo.
La causa quedó en manos de la Fiscalía de Distrito 1, turno 4°, que la investiga como “muerte de etiología dudosa”. El cuerpo fue enviado a la morgue y se espera la autopsia.
El lunes, la madre de Evelyn se reunió con el director del centro de salud, quien —según contó— reconoció que los profesionales eran practicantes y justificó que las enfermeras estuvieran sin ropa adecuada “porque estaban más cómodas”.
El caso generó un fuerte impacto en las redes y otras familias comenzaron a denunciar situaciones similares en la misma maternidad. Evelyn incluso afirmó que el mismo sábado murió otro bebé en una sala contigua.
“Se repiten los casos de madres que entraron con sus bebés latiendo en la panza y salieron con los brazos vacíos”, dijo la joven, aún en shock. “Ella era mi primera hija… ahora tengo que salir adelante”.
Su abogado, Juan Cruz Soria, adelantó que en las próximas horas otra mujer se presentará ante la Justicia por un hecho parecido, y no descarta que haya más denuncias. Desde el hospital, hasta el momento, no emitieron ningún descargo.