Cómo se produjo la caída del abusador sexual tucumano que pasó dos años prófugo en Brasil

Miércoles 19 de Noviembre de 2025, 07:44

DETENIDO. Marcelo Jesús Rivas, entrenador de fútbol, se fugó cuando se confirmó su condena y se mantuvo en la clandestinidad durante dos años en el Morro da Babilônia, en Copacabana.



La extensa búsqueda internacional del ex director técnico tucumano Marcelo Jesús Rivas llegó a su fin en Río de Janeiro. El hombre, condenado en 2022 a cinco años de prisión por tentativa de abuso sexual con acceso carnal, fue detenido en la ciudad de Leme por la Comisaría Especializada de Asistencia a la Mujer (DEAM) de Volta Redonda, tras casi dos años prófugo.

Rivas había desaparecido en octubre de 2023, pocos días antes de que la Justicia tucumana lo notificara de que su sentencia había quedado firme. El fallo correspondía a un hecho ocurrido en diciembre de 2016, cuando abusó de una joven jugadora de fútbol estudiantil a la que conocía por amigos en común. 

Aprovechó que ambos se dirigían al mismo destino para forzarla a bajar del taxi en Yerba Buena, arrastrarla hacia la parte trasera de un oratorio y agredirla brutalmente. La víctima, ensangrentada y con dientes arrancados producto de los golpes, logró escapar corriendo por la avenida Aconquija hasta que un transeúnte la auxilió.


El camino judicial de la joven fue arduo y plagado de obstáculos. Su denuncia inicialmente no fue aceptada en sede policial y, años más tarde, estuvo a punto de ser archivada. En 2019 la fiscal Mariana Rivadeneira pidió el sobreseimiento alegando prescripción. Aunque el juez Facundo Maggio se opuso, el fiscal de Cámara, Alejandro Noguera, confirmó la decisión. La querella apeló y logró revertir el criterio, permitiendo que la causa fuera elevada a juicio en 2022 bajo impulso de la fiscal Adriana Reinoso Cuello.

Tras el debate oral, la jueza Alicia Freidenberg declaró culpable a Rivas y lo condenó a cinco años de prisión, con tratamiento psicoterapéutico obligatorio y asistencia integral para la víctima. Pero mientras la defensa apelaba, el imputado continuó en libertad. Cuando en octubre de 2023 la condena quedó firme, ya se había fugado. 

Su captura nacional e internacional fue solicitada por los querellantes, Luciana Gramaglio y Martín González, quienes reiteraron durante años que Rivas se ocultaba en Brasil, sin que la Justicia tucumana pudiera localizarlo. La víctima y su hermana afirmaron que aportaron datos precisos, pero nunca obtuvieron una respuesta efectiva.

El giro inesperado llegó recién en octubre de este año, cuando una delegada policial brasileña contactó a la hermana de la joven y aportó información clave. Según la investigación de la DEAM, Rivas vivía en la comunidad de Morro da Babilônia, en Copacabana, realizando trabajos temporales de pintura y albañilería para residentes argentinos. Con esos datos, el Tribunal Supremo Federal emitió en noviembre la orden de arresto. El 14 de noviembre, un operativo en Leme terminó con su captura.

Las autoridades brasileñas ya activaron el proceso de extradición. Si no surgen obstáculos, Rivas podría ser trasladado a la Argentina en las próximas semanas para empezar a cumplir la condena que evadió durante casi dos años. Para la víctima, que lleva nueve años esperando justicia, la detención marca un avance decisivo en una causa que sobrevivió a intentos de prescripción, demoras y fallas operativas que facilitaron la huida del condenado.