Miércoles 26 de Noviembre de 2025, 00:57 |
En el barrio Bienestar, en San Cayetano, la tensión venía creciendo día tras día desde el asesinato de Zoe, la niña de 7 años que recibió un disparo en la cabeza. La comunidad advertía que el clima era explosivo y que cualquier chispa podía desencadenar nuevos episodios de violencia. Esa predicción se cumplió
el lunes a la madrugada, cuando un joven de 21 años y un menor, vinculados familiarmente a los sospechosos del crimen, fueron brutalmente agredidos y terminaron internados.
El ataque que terminó con la vida de la niña ocurrió el jueves por la tarde. Cuatro jóvenes se acercaron a la casa del abuelo de Zoe. Uno de ellos, según la investigación, abrió fuego varias veces y uno de los proyectiles impactó en la cabeza de la pequeña, que fue trasladada en grave estado al Hospital de Niños y falleció al día siguiente. La Justicia dispuso prisión preventiva por cuatro meses para los dos mayores de edad, mientras que los dos menores implicados quedaron alojados en el Instituto Roca mientras se define su situación.
Las primeras reconstrucciones indican que los cuatro sospechosos caminaron hasta el lugar del ataque, ya que viven a pocos metros. Testimonios y registros de cámaras señalan a un joven apodado “Chueco” como quien habría disparado. Su hermano adolescente, inimputable, habría filmado toda la secuencia. Los otros dos acusados —“Ratón” y un menor— habrían cumplido roles de apoyo.
Los involucrados no pasaban desapercibidos en el barrio. “Los hermanos siempre se hicieron notar porque son hijos de un vendedor de drogas. Los otros dos responden a ellos”, relató una vecina que pidió mantener el anonimato por temor. También sostuvo que existía una disputa previa con la familia de la niña, vinculada a presuntas ventas de estupefacientes.
La división Homicidios detuvo a los cuatro señalados entre el viernes y la madrugada del sábado, bajo la dirección del fiscal Pedro Gallo. Sin embargo, no pudieron hallar ni el arma utilizada ni el celular con el que, según los vecinos, se registró el ataque.“Ese video existe, todos en la zona hablan de eso. Fue una especie de advertencia para marcar territorio”, afirmó uno de los investigadores. Según esa línea, el conflicto habría estallado por una supuesta disputa ligada al narcomenudeo: “Creen que la familia de la víctima les estaba quitando compradores”.
Entre los detenidos, “Chueco” sería el único con antecedentes. El resto, aunque sin registros judiciales, era conocido por su comportamiento conflictivo y por su cercanía con un hombre considerado peligroso en el barrio: el padre de los hermanos implicados.
Para muchos vecinos, el ataque del lunes era inevitable. “Lo que pasó es muy grave, y ninguna de las dos familias olvida. Ya había problemas antes; ahora, con una muerte, la cosa cambia completamente”, alertó Julio Herrera, residente del lugar.
El temor a una escalada violenta es generalizado. Las agresiones posteriores al crimen de Zoe confirmaron que el conflicto sigue latente y que el barrio Bienestar atraviesa uno de sus momentos más delicados.