Miércoles 26 de Noviembre de 2025, 20:00

Cuando se conocieron, Deb y Kevin querían hacerlo todo juntos.
Kevin Carroll y Debbie Webber se conocieron en 1967, cuando ambos estaban en la secundaria y participaron en las audiciones de teatro de sus escuelas. El flechazo fue inmediato. No solo fueron juntos a la fiesta del colegio, sino que desde entonces quisieron compartirlo todo. Incluso planearon escaparse a casarse en un pueblo donde les permitieran hacerlo siendo menores.
Ese plan se frustró cuando Deb quedó embarazada. En aquella época, una adolescente embarazada enfrentaba un fuerte estigma social, y aunque sus padres la apoyaron, la enviaron a un hogar para madres solteras.
Kevin, convencido de que podían formar una familia, se alistó en la Marina para poder enviarle dinero y obtener asistencia médica para ella y el bebé. Pero durante su entrenamiento recibió una carta de Deb diciéndole que entregaría al bebé en adopción. Para él fue un golpe devastador, pero entendió que era la única salida posible.

Kevin se alisto creyendo que así podría proporcionarles seguridad a Deb y a la hija de ambos.
Mientras Kevin era enviado a Vietnam, Deb dio a luz a una niña y la entregó a una familia que no conocía, un recuerdo que la acompañó durante años con sentimientos de culpa y vergüenza. La familia se mudó para empezar de cero y ella intentó reconstruir su vida. Kevin, por su parte, sufrió graves heridas en combate durante una misión de rescate y pasó por múltiples cirugías antes de volver a Estados Unidos. Con el tiempo buscó a Deb, pero sin resultados. Cada uno siguió su camino: ella formó una nueva familia y él enviudó.
Décadas más tarde, Deb decidió enfrentar su pasado y contarles a sus hijas sobre la bebé que había dado en adopción. Con los pocos datos que recordaba, una de ellas logró encontrar a Val, que respondió con empatía y sin rencores. El reencuentro entre madre e hija fue inmediato y profundamente sanador.
Deb y la madre adoptiva de su hija, Val.
La siguiente pregunta fue inevitable:
¿qué había sido de Kevin? Gracias a una búsqueda en internet encontraron su nombre y Deb se animó a escribirle.
Para Kevin, recibir esa carta fue un acontecimiento que cambió su vida. Volvieron a hablar después de más de 40 años y acordaron reencontrarse en la casa de Val.

De las pocas cosas que Deb sabía sobre su hija era que tenía cuatro hermanos.
Ese encuentro fue revelador. Kevin y Val conectaron enseguida y, cuando él y Deb quedaron a solas, descubrieron que el cariño seguía intacto. Kevin le confesó que jamás había dejado de amarla. Ella, emocionada, le propuso darse seis meses para ver si lo que sentían podía sostenerse en esta nueva etapa.

Para Deb, el reencuentro con su hija Val fue necesario para deshacerse de la vergüenza y la culpa que sentía por la adopción.
Pasaron los seis meses. Pasaron los años. Y el amor maduro que no pudieron vivir en su juventud se volvió una realidad. Más de cuatro décadas después de haberse perdido, Kevin y Deb se casaron. Hoy, ambos en sus setenta, viven juntos, enfocados en cuidarse mutuamente y disfrutar del tiempo que les quedó para compartir. Según Deb, después de todo lo que atravesaron, no necesita nada más.
Después de casi 40 años, Deb, Kevin y Val pudieron reencontrarse nuevamente.
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