Jueves 04 de Diciembre de 2025, 08:15

DESPERTADO Y DETENIDO. Policías santiagueños muestran a uno de los primos aprehendidos al descubrir que usaban la casa de su abuela como kiosco narco.
Bajo las órdenes de Victoria Ledesma, fiscal de la Unidad de Narcomenudeo de Santiago del Estero, personal de Dirección General de Drogas Peligrosas puso tras las rejas a dos primos que usaban la casa de su abuela para vender cocaína.
En el marco de una investigación por infracción a la ley 23.737 —en perjuicio de la Salud Pública— efectivos anti narcóticos, durante la mañana del miércoles, ingresaron a una vivienda en el barrio Campo Contreras y otra en el Juan Díaz de Solís.
Con orden de la jueza de Control y Garantías Erika Casagrande, los uniformados ingresaron en simultáneo a las propiedad y apresaron a Maximiliano Ibáñez y Carlos Juárez, sindicados como los "dealers".
Según consta en la investigación que lleva adelante la fiscal Ledesma, los sujetos son primos y utilizaban la vivienda de su abuela —en el Campo Contreras— para atender a sus clientes y hacer entrega de la sustancia.
Ibáñez residía en la casa de la mujer, mientras que su primo en la zona sur de la ciudad. Siempre en base a la investigación los "dealers" se turnaban para atender a los compradores por el sector del garaje.
Cuando los antinarcóticos irrumpieron en la vivienda de la abuela en cuestión, hallaron a Ibáñez durmiendo en su habitación mientras su empleado —un sujeto de apellido González— atendía en ese momento a un cliente.
González —que quedó aprehendido— tenía en su poder 18 envoltorios de cocaína y 29.000 pesos de la venta del día. Sobre el cliente, las fuentes judiciales y policiales indicaron que estaba tendido en el suelo, durmiendo, completamente drogado.
Mientras que a Ibáñez (23) se le secuestraron 7 envoltorios compactos de cocaína con un peso de 33 gramos, para ser fraccionada, su teléfono celular y el de su pareja, elementos de corte y una balanza digital.
En tanto que en la casa de Juárez hallaron cuatro envoltorios de marihuana y —desde un mueble de la habitación— una caja con más de dos millones de pesos. Según las averiguaciones éste era el encargado de acopiar las ganancias.
A Juárez también se le incautó el teléfono celular. Los aparatos serán entregados a los peritos informáticos para extraer toda la información posible. Las pesquisas buscan establecer la función de cada uno de ellos y quién o quiénes le proveían la droga. /
El Liberal
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