Jueves 11 de Octubre de 2018, 22:50 |
Dr, de 21 años, pasó un año entero sin comer postre. Cambió toda su rutina, antes tomaba el mismo camino en el que se detenía todos los días al lado de una gasolinera para comprar helado, así que dejó de ir allí; incluso cambió a sus amigos, los cuales eran mala influencia para su régimen alimenticio y solo se juntó con las personas que lo apoyaron.
“Escondí mi báscula y el espejo de cuerpo entero durante el primer mes, esto me ayudó a enfocarme en mi cuerpo y en cómo me sentía, en lugar de prestar atención a un número o a una imagen”.
Rogelio dejó de comer comida chatarra y comenzó a cocinar para sí mismo. “Me sentí muy ’empoderado’ al saber que cociné un platillo. Empecé a jugar con los ingredientes y a descubrir qué tan creativo podía ser; además, a mi esposa le encanta”, dijo.
“Lo primero que hice fue caminar a todas partes, tenía que empezar con algo pequeño. Al principio caminar una cuadra o subir escaleras me dejaba exhausta, pero sabía que tenía que hacerlo, así que dejé de tomar el autobús, el taxi y el auto, de esta manera me obligaba a caminar. Después comencé a ir a zumba y a clases de gimnasia acuática”.
“Quise empezar a ejercitarme con el programa Couch-to-5K, a pesar de que lo había abandonado en dos ocasiones anteriores debido a excusas como que tenía mucho trabajo, que me dolía la espalda o que hacía mucho calor. Sin embargo, decidí adoptar la mentalidad de Forrest Gump, solo me sentía con ganas de correr así que lo hice y completé el programa en nueve semanas”.
“En el primer día de mi cambio de estilo de vida me inscribí en el gimnasio. Era muy tímida al principio porque sentía que todos me miraban, pero luego noté que todos estaban allí por el mismo propósito, así que después de la primera semana comencé a sentirme más cómoda y motivada. Comencé con algo pequeño, solo caminaba durante 20 minutos, lentamente incrementé el tiempo y la intensidad de mis ejercicios”.
“Corté todos los carbohidratos procesados; durante la primera semana la pasé fatal, tenía dolores de cabeza y me sentía cansada. En definitiva, era adicta al azúcar y la desintoxicación fue un periodo muy duro para mí. Pero logré superarlo y conforme pasaba el tiempo todo fue más sencillo. Dejé la comida chatarra y comencé a alimentarme con proteínas y vegetales, aunque de vez en cuando me permitía una comida libre, usualmente el fin de semana”.
“Comencé tomando el control al registrar todas las calorías que consumía, contando dulces, comidas y bebidas, solo así me di cuenta de cuánto estaba comiendo; esto me ayudó mucho”.
“Me daba mucha pena ir al gimnasio, pero quería ejercitarme; escuché que la zumba daba buenos resultados, así que compré el juego para mi Wii y lo jugué en casa, me ejercité cinco días a la semana. Cuando comencé a ver resultados me sentí muy motivada, y como era un videojuego no lo tomaba como ejercicio, sino como si estuviera tratando de pasar de nivel”.