Miércoles 13 de Enero de 2021, 09:19
Apenas Esteban Ostojich, el árbitro de Palmeiras-River, hizo sonar su silbato para dar por terminado el partido, el entrenador del conjunto brasileño, Abel Ferreira, fue a abrazarse con Marcelo Gallardo. Lo felicitó más de una vez, agarrándolo del hombro. El Muñeco, al principio agradeció el saludo. Luego, visiblemente incómodo por el acoso del portugués, no sabía cómo dar por terminada la charla. Al final, le hizo una señal como queriendo explicar que en medio de una pandemia hay que tener distanciamiento social.