Viernes 03 de Septiembre de 2021, 09:34
“No vamos a parar hasta que a este
médico le retiren la matrícula y lo veamos preso”, dijo la abogada de la familia de Marisol Frías, que falleció en el Sanatorio Parque luego de nueve días de internación.
La mujer había sido internada para ser sometida a una cirugía laparoscópica ginecológica. A la luz de los hechos, la familia pidió explicaciones, pero las respuestas fueron escuetas y no convencieron. Por eso, ahora denuncian un presunto caso de mala praxis.
“Yo tuve una audiencia con el doctor Alberto Agote y su equipo porque quería saber qué le hicieron a mi hermana y no me contestaron. Me daban otras respuestas y cuando hice más preguntas se levantaron diciéndome que debían seguir con sus cuestiones diarias”, dijo Franco Frías, hermano de Marisol.
Además, contó que después de ese momento fue a ver a su hermana y allí apareció el anestesista con una conducta “provocativa”.
“Él vino a verme riendo, quiso chocar las manos y me dijo ‘suerte’”, afirmó.
Según lo anunciado por los médicos, la intervención de la joven iba a prolongarse durante unos minutos, pero Marisol sufrió una complicación en el quirófano, fue derivada a terapia intensiva y nunca se pudo revertir su estado de gravedad.
A raíz de lo sucedido, Ana Cristina Robles, abogada defensora de la familia Robles, contó que la Fiscalía de Graves Atentados contra las Personas, a cargo de Claudio Bonari, inició una investigación contra el ginecólogo Agote por ‘lesiones gravísimas’ para determinar qué sucedió con la joven de 35 años.
“Nunca se supo qué pasó, qué le hicieron, cómo llegó Marisol a esta muerte”, dijo la letrada. Añadió que Agote era su médico de cabecera y que también es director de la Maternidad. “Era una operación de 45 minutos, laparoscópica, y nunca más volvió Marisol a despertar”.
La abogada señaló que el martes, un día antes del fallecimiento de Marisol, se presentaron dos personas en la clínica diciendo que trabajaban para el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación (Incucai) y que iban a retirarle los órganos.
“Tuvimos que intervenir para que no haya ablación y no porque estemos en contra de la donación de órganos, sino porque los cuerpos hablan y nosotros necesitamos saber qué pasó. Ellos quisieron borrar las evidencias”, subrayó.
El hermano de Marisol y la defensora legal de la familia indicaron que esa misma noche los manifestantes se enfrentaron con el profesional cuestionado y fueron víctimas de amenazas. “El doctor quiso retirarse del establecimiento, pero los compañeros se acercaron para preguntarle qué había pasado, entonces volvió a ingresar y llegaron policías. Cerca de las tres de la mañana, Agote apareció con guantes de látex y una pistola. En ese momento encaró al delegado de personal de ATSA, lo insultó y amenazó de muerte”, manifestó.