Viernes 24 de Noviembre de 2023, 10:28
Ya no hay ninguna duda: de todos los juegos de cartas existentes, el póker es el más famoso en absoluto. Para confirmar esta afirmación, basta con mencionar el hecho de que, sólo teniendo en cuenta la modalidad online, son cerca de cien millones las personas que cada año se dedican a el con cierta constancia.
En cambio, el aspecto sobre el cual existe desde siempre una especie de debate entre expertos y simples aficionados se refiere a su clasificación entre los juegos de habilidad o de azar. Por esta razón, en este artículo se tratará de arrojar luz sobre el tema para así resolver de manera definitiva esta inquietud que atenaza a los aficionados. El mejor punto de partida es probar el juego que, gracias al excelente trabajo de uno de los mejores operadores del mundo, te permite jugar cualquier versión de poker.
El póker: un juego de habilidad
Un deporte mental
2010 es un año que marcará para siempre la diferencia en el mundo del póker. A ese entonces, de hecho, se remonta la decisión de la Asociación Internacional de Deportes Mentales de incluirlo en su listado de deportes mentales.
Se subraya que de este grupo forman también parte juegos como el bridge, el Go y el ajedrez. Este codiciado reconocimiento parece dar un corte neto con el pasado y podría llevar al póker a participar en los Juegos Olímpicos en un futuro próximo.
El farol
Esto no es una simple técnica, sino más bien un arte. Incluso después de años de práctica, de hecho, no está garantizado que se logre siempre tener éxito cuando se intenta engañar a los oponentes sobre la calidad de las cartas de las que se dispone.
Como si esto no fuera suficiente, esto no sólo implica la capacidad de saber leer el lenguaje corporal de los adversarios, sino también de controlar los propios gestos y movimientos a la perfección. Especialmente en niveles altos, el bluff es una habilidad que puede decidir el destino de una mano y, por lo tanto, de todo un torneo.
En este propósito, cabe señalar que, muy a menudo, quien elige dedicarse al póker en modalidad online puede prescindir de detenerse en este aspecto. Aprender los conceptos básicos del faroleo, sin embargo, puede siempre ser de ayuda en el caso de que se tuviera la oportunidad, un día u otro, de poner un pie en un casino físico.
Las reglas
Los dados, la ruleta y las máquinas tragaperras son juegos de pura suerte. En estos, de hecho, sólo hay que hacer un movimiento con las manos, apostar por un número o bajar una palanca y esperar obtener un resultado positivo.
En el póker, sin embargo, no sólo se tiene que acumular mucha experiencia, sino que también prepararse constantemente. El primer paso en este sentido es aprender las reglas principales de la variante elegida; éstas incluyen el valor de las cartas y las combinaciones posibles, las posiciones en la mesa y las diferentes fases en las cuales se desarrolla la partida.
Con respecto al primer punto mencionado, aquí se tomará en consideración a título de ejemplo la clasificación tradicional, que acomuna al Texas Hold’em, al Omaha, al Seven Card Stud y al Five Card Draw, siendo estos algunos de los tipos más difundidos. En sentido ascendente, las cartas, cuando se combinan, pueden asumir los siguientes valores: carta alta, pareja, doble pareja, trío, escalera, color, full, póker, escalera de color y escalera real, la última de los cuales es absolutamente imbatible.
El bankroll
Con este término inglés se indica habitualmente la cantidad máxima de dinero que se decide destinar al juego y, en este caso, al póker. Definir esta cantidad incluso antes de comenzar un torneo en línea o llegar a un casino físico para pasar un fin de semana de relax es indispensable para no terminar teniendo sorpresas desagradables.
A menudo es difícil mantener constantemente alto el propio nivel de atención e imponerse límites. Esto lo es aún más en el ámbito financiero, ya que se podría correr el riesgo de afectar a los ahorros de toda una vida o a los fondos destinados a satisfacer las necesidades cotidianas, animados por el deseo de jugar.
Las emociones
Cada partida de póker es una historia aparte. De hecho, es común notar una alternancia irregular de manos afortunadas y otras para olvidar.
En este sentido, siempre es bueno tener en cuenta que es fundamental aprender a controlar las emociones que se experimentan y el estrés que, si excesivo, puede resultar bastante dañino. Para ello, se recomienda, por ejemplo, empezar a ponerse a prueba en técnicas de meditación como el mindfulness o cerrar los ojos durante algunos segundos antes de tomar una decisión importante.
El póker: un juego de azar
El periodo del Far West
En su forma moderna, el póker es un juego que se originó hace poco menos de dos siglos. De hecho, se remonta a 1858 la publicación de su reglamento oficial en territorio estadounidense.
Sin embargo, ya anteriormente existían antepasados y formas primitivas de póker en todo el mundo. Entre ellas, se recuerda que, precisamente a principios del siglo XIX, el póker había ya conquistado los salones llenos de humo del inolvidable Far West.
Lugares como estos, frecuentados por malhechores y delincuentes, han contribuido fuertemente a imprimir una connotación negativa del juego en el imaginario colectivo. Durante mucho años, de hecho, el póker ha sido considerado como una actividad a evitar y por lo general no practicada por parte de personas con algún tipo de habilidad de cálculo o capacidad particular.
Chris Moneymaker
Para identificar otro elemento de primera importancia en la definición del póker como un juego de azar, se tiene que dar un salto en el tiempo. Específicamente, hasta 2003, cuando Chris Moneymaker ganó el Main Event de las World Series of Poker de Las Vegas.
Este hecho tiene algo de increíble, ya que en el momento de la victoria del codiciado brazalete y de los 2,5 millones de dólares en juego, el contable de Atlanta no era más que un principiante que había conseguido el acceso al torneo más famoso del mundo casi por error a través de un satélite en línea cuya inscripción le había costado 86 dólares.
Desde entonces, los éxitos de Moneymaker han sido inconsistentes y de poco valor. Sin embargo, su hazaña ha entrado a formar parte de la historia y ha contribuido a que cientos de miles de personas se acercaran de inmediato al póker.
Una buena mano inicial
Como en todas las experiencias de la vida, también en una mano de póker un comienzo positivo o negativo puede hacer toda la diferencia en el mundo. Siempre haciendo referencia al Texas Hold’em – perteneciente al llamado grupo de las community cards o cartas comunitarias – la partida se abre con el repartidor que en el pre-flop distribuye a todos los presentes dos cartas boja abajo.
En este caso, la suerte juega un papel de primera importancia. Por ejemplo, disponer desde el principio de un par de ases abre escenarios bien distintos respecto a los que se tendrían con un dos de corazones y un cinco de picas.
El póker: un juego dominado por la habilidad
Como en cualquier otro ámbito de la vida, también en el póker no se puede esperar ganar sin un poco de ayuda por parte de la Diosa Fortuna. Sin esta, de hecho, ni siquiera toda la preparación del mundo podría garantizar un éxito duradero.