Tres santiagueños cruzaban a Tucumán para robar garrafas que luego vendían en su provincia

Miércoles 17 de Julio de 2024, 08:02

ATRAPADOS. Los ladrones santiagueños tenían en su poder millones de pesos producto de la venta de las garrafas robados tanto en Tucumán como en la zona este de esa provincia.



Tres jóvenes ladrones santiagueños amasaron más de $ 3.500.000, tras robar unas 30 garrafas a familias tucumanas y santiagueñas, estas últimas del departamento Copo, incluyendo un motor generador de energía.

La racha delictiva del trío se hizo añicos este martes, por obra y gracia de la Subcomisaría de El Mojón, cuyos integrantes ubicaron a uno de los artífices del negocio, de cuya boca nació la historia y se derrumbó en escasos minutos.

La historia indica que uno de los tantos damnificados del robo de garrafas fue don Alberto Carlos Ordóñez, de 83 años, con domicilio en B° Belgrano, de El Mojón, con intervención de la fiscal Luciana Jacobo. Le robaron una garrafa de 10 kilos el 12 de julio pasado.

Lo primero que hizo la policía fue husmear en cámaras de seguridad y al toque aparecieron dos sujetos en moto cerca de la casa de Ordóñez.

En el 2º acto, los policías interceptaron a un motociclista en unión de Nueva Esperanza y El Mojón, en ruta 4. 

Justamente, el motociclista llevaba en una mochila una garrafa. Por lógica decantación, en menos de 20 minutos el sujeto "cantó" todo, con residencia en Bº El Milagro, de El Sauce. 

"Vengo por un negocio", habría afirmado, y al toque confió que se reuniría con un "tipo" del Lote 18.

Sin mucha persuasión, ahondó que transportaba una garrafa de 10 kilos robada en Tucumán.

Al advertir que los interlocutores eran policías, aclaró: "No quiero quilombos" y desgranó los detalles finos del robo de garrafas.

Destacó que el viernes pasado robó una garrafa junto con su amigo "Yago". Acotó que el fuerte del arsenal lo acopiaba en casa de su santa madre, en Nueva Esperanza.

Posteriormente, los policías marcaron casas y la primera que coparon fue la casa de la madre del "cantor", doña Nilda, quien reintegró a los uniformados 3 garrafas y un motor generador de energía (valuado en $ 2 M.), aclarándoles que siempre dudó de su procedencia, enfatizaron los voceros policiales. /El Liberal