Flamengo ganó con un penal insólito, sancionado luego de que una pelota bochó a otra y desató una controversia reglamentaria
Domingo 21 de Julio de 2024, 09:57
Un jugador de Criciuma pateó una pelota que había caído desde la tribuna e impactó en la que llevaba Everton, que no pudo rematar al arco; Gabigol puso el 2-1.
Flamengo había empatado 13 minutos antes, se acercaba el final del partido ante Criciuma y buscaba casi con desesperación el triunfo que le permitiera seguir al acecho de Botafogo, el puntero del Brasileirão. En pleno despliegue ofensivo, el equipo en el que ataja el arquero Agustín Rossi consiguió los tres puntos, aunque de la manera más inesperada. Si el fútbol suele aportar sorpresas, la que se dio en el estadio Mané Garrincha es candidata a encabezar el ranking de la semana. “El penal más bizarro de la historia”, repetían los relatores brasileños.
Flamengo se impuso 2-1 a los 44 minutos del segundo tiempo con un penal de Gagibol, autor de los dos tantos ante River en la final de Copa Libertadores 2019. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Lo insólito fue cómo se llegó a la sanción del penal. Giorgian De Arrascaeta cruzó una asistencia al área para la entrada de Everton, que gira para sacar un remate al arco. En ese momento, dentro del área ya había una segunda pelota, arrojada desde la cabecera que ocupaban los hinchas de Flamengo.
Dos pelotas, un penal
Un par de metros por detrás de Everton estaba Barreto, volante de Criciuma, que en su camino se encuentra con el segundo balón, lo patea y consigue bochar al que reglamentaria llevaba Everton. El árbitro Lima Barbosa sancionó penal y amonestó a Barreto, ante la protesta masiva de los jugadores de Criciuma. El más exaltado fue Allano, expulsado tras gritar que el encuentro había que terminarlo.
Tras el partido, Gustavo, arquero de Criciuma, se quejó: “Hoy fuimos perjudicados. La afición de Flamengo interfirió en el marcador, lanzaron una segunda pelota al campo y confundieron a nuestro jugador, que la patea pensando que estaba en juego”. El protagonista de la insólita jugada, Barreto, asumió parte de su responsabilidad: “Fue un movimiento extraño, instintivo. Pateé la pelota y el árbitro notó que había dos en el campo. No sabía que podía cobrar penal. Si lo hubiera sabido, no lo habría hecho, seguro”.
El ex-árbitro brasileño Paulo César de Oliveira, comentarista de la cadena O Globo, consideró correctas las dos sanciones del referí. Consultado por este diario, el ex-árbitro Miguel Scime también avaló las dos decisiones (penal y tarjeta amarilla) de Lima Barbosa por la aplicación de la regla 12, entre cuyos ítems hay uno que encuadra en lo ocurrido: “Lanzar un objeto contra el balón, a un adversario o a un árbitro, o golpear el balón con un objeto”.
Quienes disienten con lo sancionado argumentan que el juez debió interrumpir el juego antes del penal porque había dos balones en el campo. Esta teoría la sostuvo el entrenador de Criciuma, Claudio Tencati: “El segundo balón estaba en el área grande. El árbitro debería haber detenido el juego. Se equivocó. El penal (para Flamengo) es incuestionable, está en la regla, pero el árbitro pudo haber detenido antes la jugada”.
Según Scime, la interrupción del juego correspondía porque la pelota adicional, según el criterio del juez, no estaba interfiriendo en la acción y hubo un jugador (Barreto) que intentó sacar una ventaja antirreglamentaria al impactarla en dirección al futbolista de Flamengo que estaba a punto de rematar. Final para un triunfo importante de Flamengo, que en lo futbolístico quedó reducido a una peculiaridad casi nunca vista. /LaNación