Furia en Gran House Tucumán contra los delincuentes de EDET porque los dejaron sin luz: buscan un generador

Domingo 17 de Marzo de 2024, 22:58

Captura de video



Los perjuicios que desde hace 30 años le ocasiona EDET a los ciudadanos de nuestra provincia ahora llegaron al reality Gran House Tucumán.

Después de dejar a todas las escuelas de Tucumán sin clases, la empresa que cobra la electricidad más cara de la Argentina ahora dejó sin luz al exitoso reality, como se ve en un video publicado en las últimas horas. La situación obligó a sus responsables a pedir un canje publicitario por generadores eléctricos.

En este último tiempo, las redes sociales se instalaron por completo en la vida cotidiana de las personas. Así, apareció ante la vista de todos el fenómeno de Gran House Tucumán, una parodia que rompió con sus propias expectativas y puso en jaque a las grandes producciones de TV.

De un día al otro, lo que empezó como una especie de imitación descontracturada de Gran Hermano terminó por convertirse en un producto que despertó la curiosidad de miles de personas en las redes sociales. ¿Por qué? Porque gracias a estas plataformas, y sin necesidad de la pantalla chica, el reality se masificó y llegó a su público deseado.

La convivencia entre TikTok, Instagram, Twitter y YouTube le permitió a Gran House que sus videos se difundieran entre los usuarios. Muchos de ellos, e incluso sin buscarlo, se enteraron de repente que un grupo de tucumanos habían creado una parodia del éxito televisivo conducido actualmente por Santiago del Moro. Así, el fenómeno pasó de un celular al otro, de un perfil hacia otro totalmente distinto, y de ser un juego a transformarse en el reality que -a su manera- se puso a la altura de la TV.


Gran House Tucumán, conducido por Mariano Villafuerte, demostró que con algunos celulares, trípodes y aros de luz se podía tener el alcance deseado. Alejados de los megaestudios, las cámaras de alto nivel y los contratos comerciales con marcas de renombre, los tucumanos se la jugaron por hacer grabaciones “caseras” y compartir su realidad con otros.

Esa transformación no solo se encuentra en la parte técnica del proyecto, sino también, en el contenido que muestran. Por ejemplo, se volvieron virales las imágenes de los participantes mientras hacían el “juego de la silla”. Otros granitos de arena que aportaron a lo llamativo y la simpleza del reality fueron: el hostel donde se hospedan, la habitación llamada “Milipili”, un muñeco de dinosaurio como mascota y la versión casera del confesionario.

Este reality, al igual que el original, les permite a sus participantes “hacerse ver”. Y, mientras se exponen, hay un público que desde sus celulares quiere conocer cada vez más cuáles son sus sueños, sus historias de vida, qué hacen, qué comen o de quién se enamoraron. Aunque sea una persona que jamás vio en su vida.

La clave detrás de la parodia fue su masificación en las redes sociales. El ruido que generó en las plataformas terminó por golpear las puertas de la TV y se metió abruptamente en la agenda de noticieros y programas de espectáculos. ¿La consecuencia? Más reconocimiento para el proyecto y sus participantes.

Al igual que el reality tradicional, consiste en que los participantes aprendan a convivir. Sin embargo, la gran diferencia es que pueden tener salidas nocturnas y contacto con sus fanáticos. Su duración es de tres meses y, semana tras semana, hacen desafíos para designar al “líder”. Incluso, abrieron un canal de difusión de WhatsApp para votar públicamente a sus jugadores favoritos.