Sábado 28 de Septiembre de 2024, 09:57
Tomás Albornoz, el nuevo 10 titular, es uno de los cuatro tucumanos que protagonizarán el que puede terminar siendo uno de los dos partidos más importantes de la historia de los Pumas, contra Sudáfrica en la resolución del Rugby Championship.
Por Ariel Ruya
Se trata de una pasión de multitudes, ni más ni menos. Una pasión que se alimenta de la historia y viaja hacia el presente. La conexión de los Pumas y Tucumán (el seleccionado de rugby y la pequeña gran provincia de nuestro país) es para toda la vida. A horas de un encuentro estelar, existen nexos que rubrican esta historia de amor. Cuatro, precisamente. Cuatro titulares en la hora histórica.
El rugby en Tucumán es el segundo deporte en popularidad, después del fútbol. Y entonces se explica fácilmente que sean tucumanos cuatro de los 15 jugadores que estarán en la cancha durante la patada inicial este sábado a las 12.05, cuando los Pumas se enfrentarán con los Springboks en la última fecha del Rugby Championship, que definirá el campeón. Ambos equipos tienen chances de coronarse; los sudafricanos son los favoritos y los argentinos –deben ganar haciendo más de tres tries que el rival y por al menos ocho puntos– van por el batacazo. El encuentro, con el arbitraje del neozelandés Ben O’Keeffe, se desarrollará en el estadio Mbombela, de Nelspruit, y se podrá mirar por ESPN 2 y Disney+.
Los Pumas están ante una oportunidad histórica. Por primera vez, respaldados en el excelente rendimiento mostrado en la temporada, llegan con la ilusión de levantar el trofeo a la última fecha del prestigioso torneo que reúne a las potencias del hemisferio Sur. Y dependen de sí. Pero no será una tarea sencilla, ya que enfrente está el vigente bicampeón del mundo y mejor seleccionado del planeta y que, además, jugará en su casa y frente a su gente. La efervescencia celeste y blanca, sin embargo, tiene sustento: en la fecha anterior, el sábado pasado, el equipo nacional se impuso por 29-28, en Santiago del Estero.
Y entre los titulares de este mediodía, cuatro tucumanos. Cuatro jugadores, nada menos, de la pequeña provincia en la formación inicial. Dos de ellos, en la pareja de medios (apertura y medio-scrum), que es la que conduce. El corazón de la creatividad. Tomás Albornoz empieza a ganarse la camiseta número 10, con su capacidad técnica de patear, tanto estratégicamente como a los palos. Y Gonzalo García está haciendo sus primeras armas en celeste y blanco con alma, corazón y vida. Felipe Contepomi, el entrenador, confía en su habilidad y su criterio en un partido que puede quedar grabado a fuego en los libros del rugby nacional.
Albornoz “desplazó” a Santiago Carreras, un típico 15 al que Michael Cheika, el anterior seleccionador, había convertido en 10, y al que en un principio Contepomi confirmó en esa función, pero que nunca rindió del todo como tal. Ahora el cordobés vuelve a su puesto natural, el de fullback, donde suele brillar. Y García tomó el lugar del muchas veces cuestionado Gonzalo Bertranou, titular varios años pero que nunca convenció al público.
Los otros dos tucumanos son bien influyentes y están afianzados. El wing Mateo Carreras, un rayo, tacklea como si no tuviera un cuerpo pequeño y además es tryman en el seleccionado. Y Thomas Gallo es un tractor en la primera línea, dueño de una destreza como si no tuviera un cuerpo voluminoso.
Albornoz, de 27 años, el apertura, empezó en Tucumán Rugby y juega en Benetton Rugby Treviso, de Italia. García, de 25, el medio-scrum, se formó en Natación y Gimnasia y juega en Zebre, también del país europeo. Mateo Carreras, de 24, el wing, empezó en los Tarcos y se desempeña en Aviron Bayonnais, de Francia. Y Gallo, el pequeño gigante, tiene 25, comenzó en Universitario de Tucumán y es compañero de Albornoz en Benetton.
Como se mencionó, el rugby en Tucumán es el segundo deporte en popularidad. Existe un fundamento claro: hay equipos, y zonas, que atraviesan a diferentes clases sociales. Para graficarlo con claridad: el rugby es un cohesionador de la sociedad. El torneo local se convirtió hace varios años en regional, con clubes de Salta y Santiago del Estero. Se volvió más competitivo.
La última gran revolución fue el regreso de Nicolás Sánchez, una gloria del conjunto nacional, a Lawn Tennis, en el que salió campeón hace tres semanas y que ahora pelea en el Torneo del Interior. Máximo goleador histórico de los Pumas y segundo entre los que más vistieron la camiseta celeste y blanca, Sánchez vivió el año pasado su cuarto Mundial, Francia 2023, de manera especial. Fue vital con sus patadas en el partido frente a Samoa y anotó el try de intercepción que sentenció la victoria sobre Gales en los cuartos de final. A los 35 años regresó a su casa. Ejemplo de la conexión entre una provincia y el equipo argentino.
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