Lunes 14 de Octubre de 2024, 07:12

Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo.
Señalados por el kirchnerismo y acusados de traidores por la mismísima Cristina Kirchner, los gobernadores Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil estuvieron en el ojo de la tormenta la última semana, luego de colaborar –votos en Diputados mediante– con el gobierno de Javier Milei a conseguir un nuevo “blindaje”, esta vez para sostener el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario.
Sugestivamente, la reacción del tucumano Jaldo y el catamarqueño Jalil fue el silencio.
“Acordaron no contestar públicamente. Cristina no es la fiscal de Estado o alguien que pueda reclamar fidelidad”, respondían desde ambas provincias norteñas, siempre con cuidado de no tener ningún micrófono cerca.
Ambos gobernadores recordaban, memoriosos, el apoyo compartido al entonces expresidente Alberto Fernández cuando los ataques de La Cámpora y las cartas de Cristina Kirchner horadaban el poder del mandatario del Frente de Todos.
Uno de quienes intentó disuadir a Jaldo y Jalil, cuentan conocedores de la trama interna, fue el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, quien se llevó la negativa que preveía en un llamado de última hora.
“Nosotros vamos a hacer lo mejor para nuestras provincias”, le contestó uno de los gobernadores apuntados, que colaboraron activamente para que el Gobierno lograra su objetivo: Jaldo aportó el voto directo de sus tres diputados, mientras Jalil acordó que la diputada Fernanda Ávila se ausentara del recinto a la hora de la sesión.
Jaldo, el primer gobernador que giró desde el peronismo hacia el apoyo a Milei, mira las encuestas que en su provincia sostienen al Presidente varios puntos por encima de su promedio nacional. Lo mismo pasa en Catamarca, donde el primer mandatario “tiene cincuenta por ciento de imagen positiva”.
Las razones parecen ser suficientes, pero Jaldo y Jalil agregan una más: Cristina, aseguran, ya no alcanza para unificar a todo el peronismo, aún cuando tome las riendas del PJ.
“Y menos para ganar”, rematan desde las dos provincias “rebeldes”, que a pesar de su cercanía a Balcarce 50, y como lo hizo Jalil en su visita al secretario de Interior, Lisandro Catalán, no dejan de reclamar una devolución de favores (económicos y de obra pública) que, desde la Casa Rosada, se demoran en llegar. /La Nación
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