La hija mayor del matrimonio descubrió los cuerpos, quien los había oído discutir la noche anterior y conocía el miedo de Cativa a la decisión de la mujer. “Tenían una relación difícil, pero él quería volver con ella. En cambio, Tillar había conseguido un nuevo trabajo para poder independizarse y él lo percibía como una amenaza. Quería convencerla de volver a ser una pareja. Dormían en camas separadas”, señaló una fuente.
De acuerdo con la declaración de la joven, los conflictos se habían agudizado en las semanas recientes y, en la madrugada del sábado, se produjo un conflicto entre ambos. La víctima del femicidio habría alertado a su ex pareja que “si le pasaba algo a ella o a sus hijas lo iba a ir a buscar la Policía”. Después, se produjo un silencio.
La autopsia determinó que Tillar murió a causa de una puñalada en el cuello que le provocó un shock hipovolémico. La encontraron en medio de un charco de sangre, a un costado de su cama.
Cativa falleció, en cambio, por asfixia mecánica por ahorcadura, precisaron las fuentes. El cuchillo de cocina con manchas de sangre que habría utilizado el femicida fue incautado por la Policía en la casa ubicada en la calle Bertrand Russell.
Tras los objetos encontrados en el lugar, las declaraciones de las hijas del matrimonio y el informe forense, la hipótesis principal de la fiscal del caso, Marina Rueda, encargada de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) No11 de Morón, especializada en Violencia de Género, es "femicidio seguido de suicidio".
La misma fiscal está indagando en otro femicidio registrado en Merlo, el viernes pasado. La persona afectada, Xoana Edith Escobar, de 34 años que desapareció el martes pasado en González Catán, fue encontrada este viernes sumergida en un recipiente de 200 litros de agua situado en un área descampada de la localidad de Libertad.
La mujer tenía una soga alrededor del cuello. “La asfixia es a nivel cervical y tiene las equimosis (manchas en la piel producidas por una fuerte ligadura) debajo del lazo”, precisó una fuente del caso. Al mismo tiempo, aclaró que el cadáver estaba en cuclillas, en avanzado estado de putrefacción, debido al lugar en el que fue arrojado. Por ese motivo, no pudieron determinar, en este primer examen, la existencia de heridas de defensa ni signos de abuso. Los investigadores esperan, en ese sentido, el resultado de análisis complementarios que podrán dar mayores certezas.
La data de muerte consta de un periodo de más de 24 antes del hallazgo. “El cuerpo estuvo expuesto a circunstancias que aceleran el proceso, como el calor”, detalló un investigador.
Simultáneamente, los detectives se encontraron con un detalle aún más macabro en la escena. “El tacho no tenía tapa, habían colocado un alambre para que el contenido no saliera. Quien lo hizo pensó que los gases del cuerpo, en descomposición, podían hacer que rebalsara y hacer que el cuerpo emerja”, precisaron.
Estiman que el homicidio se cometió en otro sitio y que, luego, el cuerpo fue trasladado a ese lugar: muy cerca del Arroyo Las Víboras y Triunvirato, en inmediaciones de la Unidad Penitenciaria de Merlo.
Mientras la investigación avanza, los familiares de la víctima, madre de siete hijos, apuntan a su ex pareja, identificado como D.A.J. y conocido como “Coco”. “No vamos a parar hasta encontrarte”, prometió una de las hermanas de Xoana en una publicación realizada en Facebook.
Según su entorno, Xoana tenía pensado salir hacia Morón. “Estuvo en la parada del colectivo en la ruta 1001, en Rafael Castillo, hasta las 19.30. Después de esa hora, no se registró más actividad en su teléfono celular ni en su tarjeta SUBE”, indicaron. Los investigadores anotaron este dato, pero no descartan otras hipótesis. /
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