Miércoles 20 de Noviembre de 2024, 14:36
El golpe ocurrió en el Camino del Buen Ayre, a la altura de Hurlingham; para identificar a los delincuentes, los investigadores analizan las filmaciones de cámaras de seguridad y la activación de antenas de teléfonos celulares.
No fue un golpe al voleo. Los delincuentes sabían que su víctima solía transitar por el Camino del Buen Ayre y esperaron la oportunidad para atacar. También conocían que se podían hacer de un botín millonario porque habían conseguido la información necesaria sobre los movimientos económicos de su “objetivo”. No les importó que la camioneta que debían interceptar estuviese blindada.
A la altura de Hurlingham, la Jeep Compass negra de Eduardo V., un financista de 61 años, fue baleada y los ladrones se apoderaron de un botín de 30.000.000 millones de pesos y 59.000 dólares para luego escapar a toda velocidad en tres vehículos.
“Fue un robo ‘vendido’. No fue un golpe al voleo. Los delincuentes sabían que la víctima solía circular por el Camino del Buen Ayre con una importante cantidad de dinero”, sostuvo un detective que participa en la investigación.El ataque a tiros ocurrió ayer y es investigado por el fiscal Matías Rappazzo, con la colaboración de detectives de la policía bonaerense. La camioneta de la víctima recibió dos impactos de bala. El financista resultó ileso.
Para poder apoderarse del botín, los delincuentes lograron hacer estallar una de las ventanillas del vehículo.
“Se están analizando las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona para poder reconstruir la ruta de escape de los delincuentes”, dijeron fuentes de la investigación.
Los ladrones se movilizaban en una camioneta Volkswagen Amarok, un auto Volkswagen Golf y un vehículo marca Honda.
“Eduardo V. está acostumbrado a movilizarse con importantes cantidades de dinero. Es un financista de la zona oeste del conurbano”, sostuvo una fuente de la policía bonaerense.
Además de buscar imágenes de las cámaras de seguridad instaladas en la zona, los detectives policiales y judiciales analizan la activación de antenas de teléfonos celulares para determinar qué líneas telefónicas se utilizaron en el momento del ataque.
“La víctima declaró que en el momento del ataque llevaba 30.000.000 de pesos y 59.000 dólares”, explicó una fuente del caso.
Los detectives policiales y judiciales no solo intentan identificar a los delincuentes que protagonizaron el ataque, sino que también buscan conocer quién fue el “entregador” que aportó la información de que la víctima solía circular por el Camino del Buen Ayre con una importante cantidad de dinero.
/La Nacion
Más leídas hoy
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Más leídas en la semana
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10