Gabriela Picciuto les anticipó a una amiga y a una psiquiatra que temía por su vida poco antes de ser brutalmente asesinada

Jueves 01 de Mayo de 2025, 06:47

MIEDO. La joven le contó a su amiga y a una psiquiatra que temía por su vida, pero su estado mental y la falta de coherencia de sus exposiciones llevaron a que se desestimaran sus advertencias.



El juicio por el femicidio de Gabriela Picciuto, hallada sin vida en una cisterna de su propia casa en calle Chacabuco 59, está cerca de concluir. Este lunes se espera el testimonio final de la defensa, antes del inicio de los alegatos de clausura ante el tribunal conformado por los jueces María Valeria Mibelli, Isabel de Los Ángeles Méndez y Guido Leandro Cattáneo. El caso, uno de los más estremecedores de los últimos años en Tucumán, tiene como único imputado a Leonardo Salomón, ex pareja de la víctima.

La Fiscalía de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, sostiene que Salomón golpeó brutalmente a Picciuto entre el 9 y el 11 de marzo de 2023, provocándole un traumatismo encéfalo craneano que causó su muerte. Luego, ocultó el cuerpo en una cisterna dentro de la vivienda, sellándola con ladrillos y ropa para encubrir el crimen. El cadáver fue encontrado dos meses después por un albañil, en avanzado estado de descomposición.

Durante la audiencia de este miércoles, Isolina del Valle Ponce, amiga cercana de la víctima, reveló que Gabriela le había expresado su temor de ser asesinada. “Me dijo: ‘me quieren matar, pero no les voy a dar el gusto’. Me arrepiento de no haberle preguntado quién”, declaró ante los jueces. La testigo relató también que Picciuto enfrentaba conflictos con inquilinos y vecinos, y que muchas veces fue ignorada al intentar denunciar irregularidades. “La veían como una mujer sola, loca y desamparada”, lamentó Ponce.

El fiscal Sale aprovechó la presencia del imputado en la sala para preguntar a Ponce si lo conocía, a lo que respondió negativamente.

La psiquiatra Valentina Contreras, quien atendió a Picciuto en 2022 en el hospital del Carmen, aportó un testimonio clave. Según detalló, la víctima fue internada en estado de alteración, con alucinaciones, paranoia y lesiones físicas visibles. En esa ocasión, Gabriela aseguró que querían robarle y matarla, aunque Contreras interpretó esas afirmaciones como delirantes ante la falta de historia clínica y la presencia de un único acompañante, un joven llamado “Lucas”.

“Decía que alguien quería sacarle su casa, que la seguían, que la habían golpeado, pero no recordaba quién. También presentaba dolor torácico y lesiones en un ojo”, precisó la profesional.

Según la acusación, Salomón golpeó a Picciuto hasta causarle la muerte y luego ocultó el cuerpo en una estructura subterránea, donde lo cubrió con ropa, selló con ladrillos y pintó para disimular su presencia. El hallazgo del cadáver ocurrió el 12 de mayo de 2023, cuando un obrero descubrió la cisterna mientras realizaba reformas en el inmueble.

El fiscal Sale apunta a que el crimen fue cometido en un contexto de violencia de género, con Salomón aprovechando la vulnerabilidad psicosocial de la víctima. En su momento, la jueza de Familia Karina Lezcano de Franccesco ya había dispuesto medidas de restricción para proteger a Gabriela y su familia del acusado.

El defensor oficial Hernán Molina anunció que desistirá del testimonio de José Luis Fumero, ex esposo de la víctima, y confirmó que Leonardo Salomón declarará el lunes próximo ante el tribunal para ofrecer su versión de los hechos.

Mientras tanto, la tensión crece en torno a un desenlace que podría sentar un precedente en el abordaje judicial de casos de abuso, vulnerabilidad psíquica y violencia de género. La figura de Gabriela Picciuto, que denunció su miedo antes de morir, se convirtió en un símbolo de las víctimas que no lograron ser escuchadas a tiempo.