Viernes 06 de Junio de 2025, 06:37
Más de una vez, al llegar a casa, da la sensación de que nuestro gato ya sabe que somos nosotros. Esta percepción podría tener una base científica:
un estudio reciente publicado en la revista PLOS One sugiere que los gatos domésticos pueden identificar a sus cuidadores únicamente a través del olfato.
La investigación fue llevada a cabo por un equipo de la
Universidad de Agricultura de Tokio, que demostró que los felinos
reaccionan de manera distinta ante el olor de sus dueños en comparación con el de personas desconocidas.
Este hallazgo resulta particularmente significativo si se considera el carácter reservado y autónomo que comúnmente se asocia a los gatos. El estudio refuerza la idea de que, a pesar de su naturaleza independiente, los gatos poseen un agudo sentido del olfato que les permite reconocer y diferenciar a los humanos de su entorno.
El experimento
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores contaron con la participación de treinta gatos domésticos y sus respectivos dueños. En una primera fase, los cuidadores recolectaron su propio olor utilizando hisopos de algodón, que frotaron detrás de las orejas, entre los dedos de los pies y bajo las axilas.
Al mismo tiempo, ocho voluntarios sin mascotas ni contacto previo con los participantes sirvieron como "donantes de olor" externos. Cada gato fue expuesto, en su propio hogar, a tubos de ensayo que contenían hisopos impregnados con el aroma de su dueño, el de una persona desconocida y uno sin olor. Un dispositivo instalado en el lugar grabó las reacciones de los animales.
Además, los cuidadores completaron un cuestionario en línea para aportar datos sobre la personalidad de sus gatos y la relación que mantienen con ellos, lo que permitió un análisis más detallado del comportamiento observado.
Reconocimiento olfativo y uso de las fosas nasales
Los resultados mostraron que los gatos dedicaban más tiempo a olfatear los tubos con olores desconocidos, ignorando en mayor medida los que contenían el aroma de sus dueños o no tenían olor alguno. Esta conducta indica que los gatos no solo reconocen olores familiares, sino que también muestran mayor interés por lo nuevo.
Un hallazgo curioso fue el uso diferenciado de las fosas nasales: al detectar un olor desconocido, los gatos solían emplear la fosa nasal derecha, mientras que, al percibir uno conocido, preferían la izquierda. Esta distinción sugiere que podrían intervenir diferentes hemisferios cerebrales en el procesamiento de la información olfativa, un patrón también registrado en perros, peces y aves. Según los autores del estudio, el hemisferio derecho estaría asociado a estímulos emocionalmente intensos o potencialmente alarmantes.
No obstante, expertos como Carlo Siracusa, de la Universidad de Pensilvania, llaman a la cautela. Señalan que el estudio no midió directamente la actividad cerebral y que serían necesarios escaneos cerebrales para confirmar estas hipótesis.
La personalidad también influye
El análisis también tuvo en cuenta el temperamento de los gatos. Los machos con personalidades ansiosas o inquietas mostraron una mayor tendencia a explorar los olores repetidamente, mientras que aquellos con un carácter más sociable o tranquilo reaccionaron de forma más serena. En cambio, no se detectaron diferencias significativas en las respuestas de las hembras, independientemente de su personalidad.
El estudio, liderado por Hidehiko Uchiyama, ha sido bien recibido por la comunidad científica. Se destaca, entre otras cosas, la complejidad de coordinar un protocolo experimental con gatos, animales que suelen ser poco colaborativos en entornos de investigación. Según Siracusa, este tipo de trabajos es clave para profundizar en el conocimiento del comportamiento felino y mejorar su bienestar en el entorno doméstico.