Viernes 06 de Junio de 2025, 07:29
La herencia de un automóvil Peugeot 308 blanco, dominio JIC 046, desató una batalla legal y familiar en los tribunales de la ciudad de Frías, Santiago del Estero. El vehículo, que pertenecía a un hombre recientemente fallecido, fue retirado por un pariente a modo de “resarcimiento”, pero ahora una sobrina de 20 años alega haberlo recibido como herencia, basándose en una promesa verbal del difunto.Todo comenzó en mayo, cuando el propietario del Peugeot fue internado en una clínica local con un grave cuadro de salud. El vehículo había sido utilizado por la familia para trasladarlo hasta allí, y quedó estacionado en las inmediaciones del centro de salud. Tras su fallecimiento, uno de sus familiares retiró el coche sin autorización formal, lo que motivó la intervención de la Fiscalía.
La maniobra fue denunciada como una presunta sustracción, y el Ministerio Público Fiscal ordenó el secuestro del automóvil, dejándolo bajo custodia judicial mientras se esclarecía su situación legal. El caso tomó un giro inesperado cuando el familiar que retiró el coche explicó que no lo hizo para apropiárselo, sino para entregarlo a una prima del fallecido, supuestamente la verdadera destinataria del bien.
La historia tomó más complejidad con la aparición de una joven de 20 años, quien, a través de su abogado, solicitó formalmente que se le reconozca como heredera legítima del vehículo. La joven argumentó que el difunto —a quien consideraba como un padre y que, según ella, no tuvo hijos— le habría prometido el coche cuando tenía apenas 11 años. “Este auto será para vos”, habría sido la frase que selló aquella promesa familiar, hoy convertida en argumento jurídico.
Según trascendió, la joven presentó un documento que supuestamente acredita la voluntad del difunto de legarle el automóvil. Este elemento es clave para la causa, aunque aún debe ser evaluado por el juez interviniente, quien también analizará el año de compra del Peugeot y su inclusión o no dentro del patrimonio a heredar formalmente.El conflicto no solo gira en torno a la sobrina y al vehículo. También se vio involucrada la viuda del fallecido, una mujer de 47 años, quien —según la ley— es la heredera universal y principal del patrimonio. La posibilidad de que la Justicia reconozca la supuesta promesa del difunto podría significar que la esposa sea desplazada en su derecho sucesorio sobre el coche.
El juez a cargo del expediente deberá decidir si la promesa informal es válida legalmente, si el documento presentado tiene peso jurídico y si la entrega del vehículo a la joven vulneraría los derechos de la viuda. Mientras tanto, el Peugeot 308 continúa secuestrado judicialmente, símbolo de una pelea hereditaria que dejó al descubierto tensiones familiares no resueltas.
Fuentes judiciales indicaron que el juez evaluará en los próximos días los elementos presentados por ambas partes, notificará oficialmente a la viuda y determinará el destino del vehículo. La resolución podría sentar precedente en otros casos de herencias con promesas informales y bienes de alto valor.
Mientras tanto, en Frías, la disputa por un coche continúa generando ruido en los pasillos del tribunal, donde una simple frase del pasado podría reescribir los derechos del presente.