Sobre esta hazaña, Craig Glenday, redactor jefe de Guinness World Records, señaló: “Tom no solo interpreta a héroes de acción, sino que es un héroe de acción”. Y declaró alabando la voluntad del actor por superarse con estas palabras: “Gran parte de su éxito se debe a su absoluta apuesta por la autenticidad y por superar los límites de lo que puede hacer un actor principal. Es un honor poder reconocer su absoluta intrepidez con este nuevo título Guinness World Records”.
Una misión nunca imposible para Tom Cruise
Pero la llegada del récord Guinness mundial no es del todo ajena para Cruise y su equipo, familiarizados desde hace tiempo con estas increíbles tomas de acción aérea. En 2018, después de Misión imposible: Fallout, el norteamericano se convirtió en el primer actor en completar un descenso HALO (acrónimo inglés de high altitude, low open; en español, gran altitud, baja apertura) ante la cámara.
Para reproducir la sensación de una misión secreta de espionaje, el equipo utilizó una táctica militar real, consistente en volar extremadamente alto —hasta más de siete kilómetros— y luego dejar caer al intérprete en picado a 321 kilómetros por hora hasta por debajo de los 600 metros, antes de que este despliegue su paracaídas y se pueda colar así en un país sin ser detectado.
Otras de las misiones no del todo imposibles para el actor en los rodajes de la saga fue escalar el rascacielos más alto del mundo (828 metros), el Burj Khalifa de Dubái (para Misión imposible: protocolo fantasma, 2011) o la caída del rascacielos de Shanghái, para la que se dejó caer sujeto a una grúa, desde casi 20 metros de altura, hasta que su cabeza acabó a escasos 50 centímetros del suelo (para Misión imposible 3, 2006).
Tampoco es el primer récord Guinness para Tom Cruise, que ostenta el de actor con más películas consecutivas con una recaudación de 100 millones de dólares, en concreto por sus 11 títulos entre Jack Reacher (2012) y Misión imposible: la sentencia final (2025). /
La Naciòn