“La ahorqué con una soga”: cruda confesión de militante de HIJOS detenido por matar a su madre

Lunes 09 de Junio de 2025, 11:27

El 1 de agosto de 2024 fue un día que Fernando Albareda nunca podrá olvidar.



El 1 de agosto de 2024 fue un día que Fernando Albareda nunca podrá olvidar. Y sobre lo que pasó esa noche, en las últimas horas, desde la cárcel de Bouwer donde está detenido, admitió haber asesinado a su madre, Susana Montoya.

“No sé si estoy arrepentido. Sigo metido en esa noche. No sé si hice bien, no sé…”, confesó Albareda.

De acuerdo con su relato, una indemnización de 76 millones de pesos, que Susana había prometido a los hijos de Fernando pero después decidió destinar a su otro hijo, habría sido el detonante de la discusión que terminó en un matricidio.

Un pasado marcado por el dolor y la traición

La pérdida y el dolor marcaron la infancia de Fernando. Su papá, Ricardo Fermín Albareda, desapareció durante la dictadura, y él siempre sospechó que su madre tuvo un rol en su entrega.

“La dictadura me destruyó. Me quitó lo más preciado que tenía, que era mi padre”, expresó en diálogo con el diario La Voz, con lágrimas en los ojos.

En este contexto, la relación con su madre nunca fue fácil. Pero además, Fernando recordó los golpes de su abuelo y las internaciones en institutos de menores, donde sufrió abusos.

“Nunca me visitó mi mamá”, lamentó, mientras relataba cómo Montoya habría firmado autorizaciones que facilitaron esos abusos.

El crimen y la confesión

Fernando contó que la noche del crimen siguió a su madre al patio, enceguecido por la ira. “Agarré una soga, la envolví en su cuello y la ahorqué”, reconoció.

Pero no se detuvo ahí: después le pegó con una piedra, un ladrillo, y le clavó un cuchillo en el cuello. Intentó quemar el cuerpo y escribió una amenaza falsa en la pared para desviar la atención.

“Yo no soy un asesino”, insistió, mientras intentaba justificar sus acciones con un relato de vida lleno de sufrimiento. “Les pido a quienes lean esta nota que se pongan por un momento en mi lugar”, pidió.

Camino al juicio

Para el fiscal Juan Pablo Klinger, el crimen de Susana Montoya no fue un acto impulsivo sino premeditado.

En este sentido, asegura que el imputado eligió el momento en el que sabía que no estaba su hermano en la casa y dejó el auto a varias cuadras del lugar, como un modo para no quedar vinculado al homicidio.

Por su parte, Albareda se escuda en un pasado familiar lleno de traumas y secretos y niega rontudamente haber planeado el asesinato. “No sé si hice justicia con ella”, reflexionó. /TN