Familiares de un obrero que murió trabajando en el ingenio La Corona hace un año protestaron para exigir avances en la causa

Viernes 11 de Julio de 2025, 18:20

A un año de la muerte de Julián Bulacio, su familia encabezó una protesta frente a Tribunales para exigir avances en la causa.



Este viernes se cumplió un año del fallecimiento de Julián Agustín Bulacio, el joven de 24 años que murió tras sufrir quemaduras gravísimas mientras manipulaba una carga de alcohol en el Ingenio La Corona. Su familia encabezó una protesta pacífica frente a los Tribunales para exigir justicia y visibilizar la falta de avances concretos en la causa.

Bulacio permaneció internado durante ocho días en el Hospital Centro de Salud de San Miguel de Tucumán y murió el 11 de julio de 2024. El siniestro ocurrió el 3 de julio, cuando se produjo una explosión en la zona de carga del ingenio mientras el joven operaba una cisterna. Según la investigación, no contaba con los elementos de seguridad mínimos exigibles.

“La investigación avanza a paso lento y sin prioridad”, lamentó el abogado querellante Francisco Pintor, quien acompañó a la familia durante la manifestación. “Hay pericias realizadas y una inspección ocular en el ingenio, pero todavía no hay imputados. Ni siquiera se formularon cargos”, explicó.


La querella sostiene que Julián trabajaba sin protección adecuada, lo que transformó un accidente evitable en una tragedia irreversible. “Si hubiera tenido guantes, antiparras, lo básico, podríamos estar hablando hoy de lesiones. Pero estamos frente a un homicidio culposo”, afirmó Pintor.

El padre del joven, Gerardo Bulacio, expresó su desazón con la falta de respuestas: “Puede ser que para la justicia esto no sea prioridad, pero para nosotros lo es. Hay una hija que perdió a su papá, una familia destrozada. Necesitamos que se sepa qué pasó, que se señale a los responsables y que no le ocurra a otro”.

Según declaró, su hijo venía reclamando en forma verbal mejores condiciones laborales. “Julián pedía lo mínimo, guantes, antiparras. Y muchas veces se los compraba él. Hoy, en su mismo puesto, hay un chico aún más joven, trabajando con menos medidas de seguridad que antes. No queremos que otra familia viva esto”.


Pintor remarcó que la falta de controles es una de las fallas clave en el caso. “Quien debería fiscalizar este tipo de prácticas es el Ministerio de Energía, aunque cada empresa también tiene sus técnicos y supervisores. Las fallas en seguridad no son nuevas, pero en este caso fueron fatales”.

La familia de Julián insiste en que la causa debe avanzar, no sólo para encontrar responsables, sino para evitar que se repita una tragedia que consideran evitable. “No pedimos venganza. Pedimos justicia. Y que nadie más tenga que despedir a un hijo por ir a trabajar”, cerró Gerardo Bulacio. /Bajo la Lupa