Para recordar a un look similar al que mostró en las últimas horas hay que remontarse al año 2000, cuando el propio Beckham, en su serie de Netflix, contó cómo un peluquero de aquellos tiempos llamado Tyler se animó a raparlo por completo. Esta situación no le terminó agradando al futbolista y debió afrontar la opinión tanto de sus compañeros de equipo como del entrenador Alex Ferguson.
Disgustado por el resultado, Beckham contó en la serie que comenzó a utilizar una gorra para no mostrar su nuevo peinado al público. Sin embargo, lo que parecía angustia y tristeza se transformó en felicidad cuando en la cancha, con un look completamente diferente, convirtió un gol de tiro libre ante el Leicester y aquella anécdota hoy es recordada entre risas.