El volcán Lewotobi Laki Laki, uno de los más activos de Indonesia, volvió a entrar en erupción este sábado y lanzó una enorme columna de cenizas y materiales volcánicos que alcanzó los 18 kilómetros de altura.
Fue la segunda gran explosión en menos de cinco horas, tras otra
registrada el viernes por la noche, que también iluminó el cielo con lava incandescente y descargas eléctricas.
Las autoridades locales informaron que el fenómeno cubrió varias aldeas cercanas
con un espeso residuo volcánico, incluidas piedras calientes del tamaño
de un pulgar. Por ahora no se reportaron víctimas, pero se mantiene la
alerta máxima y se amplió la zona de exclusión a un radio de 7
kilómetros alrededor del cráter.
Drones
enviados por la Agencia de Geología de Indonesia captaron el movimiento
profundo del magma, lo que generó temblores volcánicos. Además, se
registró una avalancha de nubes ardientes mezcladas con gas, rocas y
lava que descendió hasta cinco kilómetros por las laderas del monte.
La erupción del sábado fue una de las más fuertes en el país desde 2010,
cuando el monte Merapi, en la isla de Java, dejó más de 350 muertos.
También ocurre menos de un mes después de una explosión similar del
mismo volcán, que obligó a cancelar vuelos en Bali y cubrió rutas y
campos de arroz con barro y piedras.
Ubicado en la remota isla de Flores, el Lewotobi Laki Laki alcanza los 1.584 metros de altura y permanece en actividad desde el 18 de junio.
En noviembre pasado, una serie de erupciones en la zona dejó nueve
muertos y forzó al gobierno a reubicar a miles de personas de manera
permanente.
Indonesia,
con más de 280 millones de habitantes, se asienta sobre el Cinturón de
Fuego del Pacífico, una zona con fuerte actividad sísmica y 120 volcanes
activos. /Clarín