Domingo 03 de Agosto de 2025, 14:03
Las vacaciones de invierno de 2025 estuvieron condicionadas por la caída del poder adquisitivo, una menor competitividad cambiaria y un clima más frío y lluvioso que el habitual. En ese contexto, viajaron 4,3 millones de personas dentro del país, lo que representa una baja del 10,9% respecto al año pasado. El gasto total fue de $1,5 billones, pero a precios constantes, el impacto económico fue 11,2% menor que en 2024.
Aun así, el turismo interno logró movilizar a millones de argentinos, especialmente favorecido por el escalonamiento del receso escolar, que permitió distribuir el flujo turístico durante todo julio. Aunque las estadías fueron más cortas, el movimiento fue significativo, con un impacto estimado de U$S1.163 millones para las economías regionales.
Viajes más cortos y ahorro como prioridad
La estadía promedio cayó de 4,1 días en 2024 a 3,9 este año, mientras que el gasto diario fue de $89.236, un 4,8% más en términos reales comparado con el año pasado. Sin embargo, el panorama sigue siendo complejo: viajó un 21,5% menos de personas que en 2023 y la estadía media se redujo un 13,3% frente a los 4,5 días de hace dos años.
En este escenario, el turismo nacional mostró un fuerte contraste: los sectores con mayor poder adquisitivo optaron por salir al exterior, mientras que quienes se quedaron en el país eligieron destinos en función de las promociones y ofertas disponibles.
Un dato que ya anticipaba esta tendencia fue el Hot Sale de mayo, donde más de la mitad de las compras se destinaron a destinos internacionales. Además, según el Indec, los viajes al exterior crecieron un 67% interanual en el primer cuatrimestre de 2025, lo que agrava el desbalance entre turismo emisivo e internacional.
Destinos elegidos y un cambio de preferencias
Las condiciones climáticas también influyeron en la elección de los destinos: las playas quedaron relegadas y crecieron las preferencias por la montaña, la nieve, las termas y el turismo rural.
Entre los lugares más visitados se destacaron Bariloche, Puerto Iguazú, las sierras cordobesas, Ushuaia, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Mendoza, Salta, El Calafate y los complejos termales de Santiago del Estero y Entre Ríos.
El desdoblamiento de las vacaciones ayudó a distribuir el movimiento turístico y a evitar la saturación de rutas y alojamientos, brindando también mejores opciones de precios y disponibilidad.
A pesar de las dificultades, el turismo interno sigue mostrando su importancia como motor económico para muchas regiones del país.