Lunes 04 de Agosto de 2025, 05:57
La Ruta Nacional 50, eje clave del norte salteño, se encuentra colapsada por el incesante tránsito de vehículos que se dirigen hacia Bolivia en busca de precios más bajos. A diario, más de 15.000 vehículos circulan por el corredor Orán-Aguas Blancas, generando un cuello de botella crítico a la altura del Puesto 28 de Gendarmería, según estimaciones extraoficiales.
La situación afecta no solo al turismo de compras, sino también a productores, trabajadores rurales, profesionales de la salud y vecinos de la zona, que deben lidiar con horas de demoras, maniobras peligrosas y rutas intransitables.
El fenómeno, que se potenció en los últimos meses por la disparidad cambiaria entre Argentina y Bolivia, desbordó la capacidad vial de la región y convirtió al tramo en un punto neurálgico del caos. Largas filas de autos, camionetas, colectivos, camiones e incluso cisternas que transportan combustible ocupan carriles y banquinas en ambos sentidos. “No hay espacio ni para que pase una ambulancia”, denunció un vecino de Aguas Blancas.
La escena se repite todos los días: bocinazos, embotellamientos y discusiones por intentar avanzar en medio de un paisaje colapsado por la avalancha de compradores que buscan cruzar a Bermejo. La presión de vehículos también impacta en la autopista Orán-Pichanal y comienza a extenderse hacia la ruta 34, con consecuencias regionales.
Uno de los puntos más comprometidos es el Puesto 28 de Gendarmería, donde se producen esperas de hasta tres horas, sobre todo por la tarde, cuando se aproxima el cierre del paso internacional. “El caos es total. Las dos banquinas están ocupadas, incluso en contramano. Avanzar es imposible y retroceder, también”, relatan vecinos.La crisis ya no afecta solo a los vehículos particulares. Productores agropecuarios deben modificar sus horarios de cosecha o cancelar cargas, mientras que vecinos que deben cruzar la zona por motivos laborales o médicos denuncian graves perjuicios. “Un paciente me contó que tarda cinco horas para ir y volver a la finca por el embotellamiento. Es una locura”, expresó un fisioterapeuta local.
Frente a esta situación, el intendente de Orán,
Baltasar Lara, informó que se iniciaron gestiones conjuntas con sectores productivos y organismos nacionales. “Nos reunimos con autoridades del Ministerio de Seguridad, Vialidad Nacional y otros entes estratégicos. Avanzamos en un proyecto de obra que permitirá descomprimir el tránsito en la zona del Puesto 28 y garantizar el normal desarrollo de la actividad productiva”, sostuvo.
Lara destacó que la ejecución de esta infraestructura vial comenzará “en las próximas semanas” y lo consideró un ejemplo del rol que debe tener el Estado. “Esto ocurre cuando se escucha, se planifica y se actúa. Vamos a seguir fortaleciendo un modelo de gestión que pone al vecino y al productor en el centro de las decisiones”, concluyó.
Mientras tanto, el caos sigue siendo el paisaje cotidiano para quienes transitan la Ruta 50. Vecinos, comerciantes, transportistas y trabajadores esperan soluciones urgentes antes de que el colapso se transforme en una emergencia estructural de proporciones aún mayores.