Martes 05 de Agosto de 2025, 23:08

Fallar no es perder: el programa universitario que convierte el error en oportunidad.
“Fracasar de nuevo, fracasar mejor”. La frase del
escritor Samuel Beckett sirve de inspiración para una inusual
campaña académica en Hamilton College, una institución de
artes liberales en Nueva York que este año decidió
enseñar a sus alumnos a equivocarse… pero de forma constructiva.
La iniciativa, presentada por el área de
acompañamiento académico ALEX (por advise, learn and experience), busca instalar una cultura que considere el error como parte natural del aprendizaje y el desarrollo personal, en un contexto donde la
Generación Z enfrenta
altos niveles de ansiedad, vínculos sociales alterados por la pandemia y un entorno digital en constante cambio, atravesado ahora por la
inteligencia artificial generativa.
“Queremos que dejen de ver las distracciones o tropiezos con la tecnología como fracasos. Son parte de una adaptación que necesita acompañamiento”, explicó
KinHo Chan, decano de educación comprometida de Hamilton.
Del análisis al riesgo
Cada año, ALEX lanza una campaña temática para alinear esfuerzos de sus diferentes oficinas. En 2023, la consigna fue la reflexión; en 2024, la apuesta es por el riesgo y la reconstrucción. El plan incluye intervenciones en tutorías, incorporación de contenidos sobre “fracaso constructivo” en asignaturas, charlas con especialistas y un concurso de oratoria centrado en el tema.

El programa toma como referencia el libro Right Kind of Wrong: The Science of Failing Well, de Amy Edmondson, que distingue entre fracasos útiles e inútiles, y ofrece estrategias para aprender de los errores y adaptarse. El reto, según Chan, es saber cuándo y cómo impulsar a los estudiantes a salir de su zona de confort.
Un modelo que se pone a prueba
Hamilton reconoce que no todas las actividades funcionarán como se espera, y esa es parte de la enseñanza. “¿Cómo modelamos lo que predicamos? ¿Cómo reformulamos el fracaso y aprendemos de él? ¿Cómo lo hacemos mejor?”, planteó Chan.

Una tendencia en crecimiento
La propuesta se suma a una corriente que gana espacio en la educación superior. En 2019, James Madison University creó un programa de resiliencia estudiantil; en 2020, Pepperdine University lanzó una iniciativa para fortalecer el bienestar emocional y el sentido de pertenencia.

En un momento en que la presión por el rendimiento convive con la fragilidad emocional, Hamilton propone redefinir el concepto de éxito académico. Y, como sugiere Beckett, aceptar que aprender a fracasar puede ser el primer paso para aprender de verdad.
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