Una azafata quiso contrabandear relojes Rolex, diez iPhone y joyas valuadas en $ 58 millones

Martes 12 de Agosto de 2025, 06:45

La sospechosa tiene 64 años y era tripulante de cabina de Aerolíneas Argentina



M. C. P. tiene 64 años y era azafata de Aerolíneas Argentinas. El 3 de mayo pasado, por trabajo, tenía que volar a Miami, en los Estados Unidos. Pero no viajó. En el equipaje que despachó se descubrieron cuatro relojes Rolex, diez iPhones, ocho monedas de oro y joyas valuadas en más de $58.000.000. Ahora está imputada del delito de contrabando y tiene prohibida la salida del país.

Así lo informaron calificadas fuentes judiciales. Pocos minutos después de que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) descubriera y secuestrara los teléfonos celulares, los relojes y las joyas, se inició una investigación judicial que quedó a cargo del juez en lo penal económico Diego Amarante.

Ese mismo día, el magistrado ordenó un allanamiento en la casa de la azafata. Se secuestraron US$93.920 y 15.730 euros.

El 15 de mayo pasado, el juez Amarante también dispuso la “desintervención” del teléfono celular que usaba M. C. P, con la intención de extraer la información que pueda surgir de los mensajes de WhatsApp y de los correos electrónicos enviados y recibidos. El peritaje quedó a cargo de la Oficina Análisis Informático Forense del Departamento de Inteligencia Criminal Aeroportuaria de la PSA, informaron fuentes del caso.

“La información que se obtenga del teléfono celular secuestrado a la imputada podría permitir reconstruir la trazabilidad de la mercadería que la imputada intentó contrabandear”, explicó un detective que participa del caso.

En el equipaje de M. C. P se secuestró:

    Ocho monedas de oro con inscripción visible “Estados Unidos Mexicanos”

    Un anillo de oro con piedra color bordó

    Un prendedor de oro en forma de águila

    Una cadena de oro

    Un brazalete de oro

    Un par de aros de oro

    Una cadena de platino con ciento veintinueve incrustaciones de diamantes

    Cuatro relojes marca Rolex (uno con dial gris, agujas, bisel y corona dorados y malla plateada; uno plateado con dial azul; uno con dial negro, y uno blanco y bisel, agujas y corona doradas)

    Diez teléfonos celulares modelo Iphone, marca Apple.

Todo lo secuestrado por el personal de la PSA estaba en una cartera que llevaba la azafata y en el equipaje despachado en el vuelo AR-1304.

“Se ordenó un peritaje sobre los elementos secuestrados para poder saber el valor. La diligencia estuvo a cargo de un especialista inscripto en el Sistema Único de Administración de Peritos y Martilleros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien concluyó el valor total de las joyas decomisadas es de $ 58.004.000. Se trata de alhajas auténticas, compuestas de oro (entre 16 y 21 quilates) y plata, entre otros materiales", dijeron fuentes judiciales.

M. C. P., por el momento, no fue indagada. Fuentes de Aerolíneas Argentinas informaron que renunció diez días después de que fuera descubierto el intento de contrabando.

No fue el único caso. Según pudo saber LA NACION, con pocos días de diferencia, un personal de cabina de Aerolíneas Argentinas fue descubierto en un intento de contrabando. Se abrió una investigación que se encuentra delegada en el fiscal económico Jorge Dahl Rocha, con la intervención del juez Rafael Caputo.

“Un tripulante de cabina quiso contrabandear relojes de primeras marcas y 20 piezas de joyería”, dijo una fuente del caso.

El sospechoso, solo identificado como P. M. W. fue despedido. “Se lo echó con causa”, dijeron  fuentes de Aerolíneas Argentinas.

Un caso en otra aerolínea

Hace casi cuatro años se había descubierto a una azafata de American Airlines cuando intentó viajar a Miami con tres lingotes de oro, un brazalete, una pulsera, un colgante, 12 fajos de billetes, tres monedas antiguas, recortes de láminas de oro, 27 alhajas, dos relojes y una bolsa con una gran cantidad de monedas de distinto tipo y denominación.

También se le descubrieron US$11.413, 292.000 pesos colombianos y $19.360. Dos de los relojes descubiertos eran marca Rolex y el otro, Audemars Piguet. Las joyas y alhajas decomisadas tenían un peso total de 2,200 kilos.

Laura Schulz, que en 1981 a los 18 años había sido Reina de la Nieve, fue procesada sin prisión preventiva por el juez Marcelo Aguinsky, magistrado a cargo de la causa por el delito de contrabando. La causa fue elevada a juicio.

“Cabe concluir que la conducta descripta fue realizada por Laura Schulz con conocimiento y voluntad, y que tenía el dominio del hecho que se le imputa, sin que se advierta en el caso –ni haya sido invocada por la defensa–, causa alguna de justificación o exculpación que pudiera incidir en su responsabilidad. Intentó egresar irregularmente del país dinero y elementos de valor, cuya procedencia no ha sido posible determinar, eludiendo el control aduanero al que debía someterse, por lo que no hay dudas de que se representó el resultado del plan ilícito y, queriéndolo, continuó con su conducta, sin que se advierta o se haya planteado circunstancias que justifiquen su conducta o la excusen de reproche”, afirmó el fiscal en lo penal económico Pablo Turano en el requerimiento de elevación a juicio.

En su primera indagatoria, la azafata no declaró. Después, presentó un escrito. “La totalidad de los dólares me pertenecen. Algunas de las monedas son mías y otras son de colectas, más precisamente son de muchos pasajeros que ya no usan y nos las entregan como donación. Respecto de las joyas y los lingotes de oro, también son míos y de mis hermanos. Hace mucho tiempo que los tenemos de una herencia familiar. Mis padres fallecieron hace muchos años y uno de mis hermanos murió el año pasado. Mi intención era, teniendo en cuenta los problemas de inseguridad que hay en el país, guardar todo en una caja de seguridad de un amigo en los Estados Unidos, lo que me generaba mayor tranquilidad. No sabía que no podía llevar las joyas ni el oro, siendo parte de la herencia recibida; ignoraba la existencia de alguna prohibición al respecto”, explicó en la presentación citada.

Y agregó: “Con relación a los dólares, que eran de ahorro propio y mayormente de los denominados ‘cara chica’, los llevaba para depositarlos en mi cuenta de los Estados Unidos, la misma en la que me deposita los viáticos la compañía. Es mi deseo aclarar, que el excedente de los 10.000 dólares (yo sabía que no podía llevar más de esa cantidad) se debió a una confusión. Imagínese que ya después de tantos años que trabajo, no desconozco el límite de los US$10.000, y que con la cantidad de viajes mensuales que hago no me hacía falta pasarme de ese tope máximo. Lo hubiese podido llevar en el siguiente viaje o en el otro”.

En una posterior ampliación de la declaración indagatoria, y ante la consulta de si tenía documentación para acreditar la procedencia de los lingotes de oro, las joyas y las alhajas, sostuvo: “No, porque eso es todo de la familia, todo herencia”.  /La Nación