Viernes 29 de Agosto de 2025, 05:30

BOSQUES MODELO. Los referentes de la red latinoamericana, Fernando Carrera y Simón Torres Gaviria, se llevaron una impresión muy positiva tras su paso por Tucumán.
La Red Latinoamericana de Bosques Modelo destacó el rol de Tucumán como un territorio clave para la articulación entre conservación ambiental y desarrollo productivo. La visita de especialistas internacionales a la provincia, sumada a la firma de un convenio de colaboración con el Gobierno, reforzó la importancia de consolidar políticas sustentables frente a los desafíos del cambio climático y la presión sobre los ecosistemas.Simón Torres Gaviria, biólogo colombiano de la Red, valoró la riqueza natural tucumana al recorrer espacios como El Cadillal y Quilmes. “En pocos kilómetros se concentran ecosistemas muy diversos, desde cardonales hasta yungas. Es impresionante cómo responde la biodiversidad a la altitud”, señaló.
Torres advirtió que los Bosques Modelo en América Latina enfrentan amenazas comunes: el cambio de uso del suelo y el impacto del cambio climático. “El problema no es necesariamente transformar el territorio, sino cómo se gestiona. Si no hay planificación ni consulta comunitaria, los cambios generan pérdidas irreparables”, subrayó. También alertó sobre el riesgo de desertificación y de especies invasoras favorecidas por las nuevas condiciones ambientales.
Fernando Carrera, gerente general de la Red, explicó que un Bosque Modelo no se limita a un área forestal, sino que constituye un foro de concertación social, económica y ambiental. Nacida en Canadá hace tres décadas, la iniciativa agrupa hoy a 32 territorios en 14 países de América Latina, articulados desde el Catie en Costa Rica.
“El modelo funciona porque la participación es voluntaria y las prioridades se definen de abajo hacia arriba, por los propios actores locales”, destacó. Así, comunidades indígenas, universidades, ONG, gobiernos y empresas acuerdan planes estratégicos para armonizar producción y conservación.
Durante su estadía, Carrera resaltó la dinámica local: “Vi una coordinación difícil de encontrar en otros lugares. Comunidades, gobierno y academia trabajan juntos con un liderazgo genuino”, dijo, en referencia al proceso encabezado por Graciela Salazar de la Cooperativa Generar.
Reconocido como Bosque Modelo en 2008, Tucumán concentra en apenas 22.000 km² una enorme biodiversidad y, al mismo tiempo, una fuerte producción agrícola. “Queremos un Tucumán próspero que combine el liderazgo en limón y arándano con el cuidado ambiental”, expresó Salazar, aunque admitió que aún persisten problemas como los incendios en zonas cañeras y la falta de planificación territorial.
La agenda de Bosque Modelo Tucumán incluye la búsqueda de buenas prácticas productivas, certificaciones de sustentabilidad y proyectos de manejo hídrico en los Valles. Sin embargo, persiste la necesidad de sostener los procesos en el tiempo. “No basta con programas que llegan y desaparecen. La clave es la asistencia técnica permanente y la apropiación comunitaria”, insistió Salazar.
En paralelo, la provincia impulsa espacios de debate como el foro “Bosques y Tecnología”, realizado en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT, donde se coincidió en la urgencia de adoptar modelos de desarrollo sustentables frente al cambio climático.
La experiencia tucumana se suma a otros casos emblemáticos de la región, como el Bosque Modelo ReBiPaM en Guatemala, que logró detener la deforestación en medio millón de hectáreas, o el Bosque Modelo Chiquitano en Bolivia, que enfrenta incendios y sequías con estrategias de conservación comunitaria.
Con presencia en países como Cuba, Puerto Rico, Brasil, Chile y Argentina, la red demuestra que la inclusión y la corresponsabilidad son las claves de su resiliencia. “El lema es claro: producir conservando y conservar produciendo”, concluyó Carrera, convencido de que Tucumán es hoy un ejemplo de ese equilibrio en construcción.
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