Jueves 04 de Septiembre de 2025, 07:25

El hombre, que vive en una ciudad turística de Córdoba, simuló atentados y tiroteos en el AMBA
La tranquilidad de las sierras cordobesas se quebró cuando un grupo de efectivos irrumpió en una vivienda de La Falda. Allí, en una ciudad turística rodeada de montañas, vivía el hombre que durante semanas había mantenido en vilo a los aeropuertos más importantes del país y a los servicios de emergencia del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Según se pudo saber, tras ese arresto efectuado a mediados del mes pasado, el acusado, identificado por sus iniciales J.M., fue procesado tras una investigación de la Policía de la Ciudad que reveló un patrón inquietante: más de treinta llamados falsos que simulaban atentados, tiroteos y situaciones de pánico.
La historia comenzó el 26 de junio, cuando se registraron los primeros intentos de comunicación sin diálogo. A partir de entonces, las amenazas se multiplicaron. “Se analizaron 35 comunicaciones falsas realizadas entre el 26 de junio y el 22 de julio”, indicaron fuentes judiciales. Entre ellas hubo tres advertencias de bomba en aeronaves, dos contra instalaciones, cuatro simulaciones de tiroteos, tres pedidos de auxilio con información falsa y nueve comunicaciones engañosas que incluían pedidos ficticios de comida para confundir a las autoridades.
El punto más crítico se produjo el 23 de julio, cuando el imputado llamó para advertir que había colocado explosivos en aeronaves que se encontraban en el Aeroparque Jorge Newbery y en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. “Estas amenazas provocaron demoras en vuelos programados y la activación de recursos de emergencias y policiales”, detallaron los investigadores.
Algunas comunicaciones incluían voces distorsionadas mediante moduladores y acentos falsos para despistar a los operadores del 911.
La magnitud del caso obligó a desplegar un operativo complejo que incluyó a fuerzas provinciales y federales. La División Investigaciones Tecnológicas Especiales de la Policía de la Ciudad analizó registros de conexión, trazó antenas de telefonía celular y revisó movimientos financieros. También se realizaron pedidos de cooperación internacional a empresas tecnológicas, que aportaron datos clave. “El análisis forense integral incluyó la correlación con cuentas virtuales, historial de conexiones y relevamientos en fuentes abiertas”, explicaron fuentes del caso.
Con esos elementos, el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, ordenó una serie de allanamientos en Córdoba. El operativo, que contó con la participación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y grupos especiales de la Policía de la Ciudad y de la Policía de Córdoba, culminó con la detención de J.M. en La Falda y el secuestro de múltiples dispositivos electrónicos. “Durante el procedimiento se efectuó un triage in situ que permitió orientar las medidas con inmediatez”, señalaron los investigadores.
El magistrado procesó al imputado por intimidación pública reiterada y dispuso medidas severas: arresto domiciliario con tobillera electrónica, prohibición de salir del país, retención del pasaporte y obligación de comparecer ante cualquier requerimiento judicial. Además, ordenó un embargo sobre sus bienes por $15.000.000 para cubrir los gastos derivados de los operativos activados por las amenazas falsas. “El monto busca resarcir el perjuicio ocasionado por la movilización de recursos humanos y materiales”, explicaron fuentes judiciales.
La investigación no está cerrada. Según explicaron, se analizan los dispositivos secuestrados para determinar si hubo cómplices o más episodios vinculados a esta serie de amenazas que paralizaron servicios esenciales y pusieron en alerta a las fuerzas de seguridad. “Sin perjuicio de lo resuelto respecto de este imputado, la investigación continúa en curso”, advirtió el juez Villena en la resolución. /La Nación
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