El asesino del boliche sabe artes marciales, tiene antecedentes violentos y se burló cuando Federico agonizaba en la acera

Martes 23 de Septiembre de 2025, 08:02

DESENLACE FATAL. El cuerpo de Federico Toledo (20) yace sobre la acera. Los testigos aseguran que su matador, que lloró en la audiencia judicial, se burlaba de él mientras agonizaba.



La Justicia dictó 91 días de prisión preventiva para Santiago Budini (22), acusado de haber matado de un golpe de puño a Federico Toledo (20) y de herir a otro joven en la salida de un boliche de avenida Sarmiento. La causa fue caratulada como homicidio simple con dolo eventual y tentativa de homicidio, aunque los acusadores anticiparon que podría escalar a homicidio agravado por alevosía.

Durante la audiencia, la auxiliar de fiscal Luz Becerra, en representación del MPF a cargo de Carlos Sale, enumeró tres factores clave que agravan la situación procesal de Budini:
  • Sus conocimientos en boxeo, taekwondo y artes marciales mixtas, lo que, según la acusación, le permitía representarse el riesgo mortal de sus actos.
  • Antecedentes de violencia, incluidos episodios previos en boliches y amenazas contra la pareja de una exnovia.
  • Su decisión de fugarse del lugar del crimen y regresar luego para burlarse de la víctima, lo que fue considerado una muestra de desprecio por la vida.
  • Testigos aseguraron que tras la agresión Budini lanzó una frase hiriente: “A ver si ahora le soplan el culo para revivirlo a ese”, lo que terminó de sellar la acusación.
Toledo había salido de bailar junto a sus amigos y en la vereda del boliche se cruzó con Budini, acompañado de un compañero de estudios. Tras un cruce de bromas, el acusado golpeó primero a Mateo Marti, fracturándole la nariz, y luego atacó a Toledo, que cayó y sufrió lesiones graves. Un policía que trabajaba como seguridad intentó reanimarlo, pero el joven murió minutos después.

La autopsia preliminar determinó que Toledo sufrió una hemorragia subaracnoidea y traumatismo encefalocraneano grave, lo que hace presumir que la causa de la muerte fue el golpe y no la caída.

El propio amigo de Budini lo identificó ante la policía, aportó su domicilio y reconoció que el acusado había protagonizado episodios violentos anteriores. Con esos datos, una comisión de Homicidios lo detuvo en Las Talitas.

El querellante Nicolás Sotelo reclamó que el caso sea calificado como homicidio agravado por alevosía y que Budini sea trasladado al penal de Villa Urquiza o Benjamín Paz, advirtiendo un posible “trato preferencial” por ser hijo de un policía. “Estamos hablando de un chico de 20 años que tenía toda una vida por delante”, subrayó.

La defensa, a cargo de Ernesto García Biagosch y José María Molina, no se opuso a la imputación ni a la preventiva, pero cuestionó el plazo de tres meses solicitado por la fiscalía. Argumentaron que aún faltan pericias claves y pidieron respeto por el dolor de las familias.

Budini, entre lágrimas, pidió perdón a las familias de las víctimas y dijo estar arrepentido: “Ojalá pudiera cambiar mi vida por la de Federico para que estuviera aquí”. Sin embargo, el padre del fallecido desconfió de sus palabras y fue categórico: “No le creo nada. Volvió para burlarse. Él asesinó a mi hijo y debe haber justicia”.

El fiscal y los querellantes remarcaron el impacto social del crimen: “Es la pesadilla de cualquier padre: que un hijo salga a bailar y no vuelva”. La investigación continuará con pericias médicas y testimoniales que podrían definir la calificación legal del caso y la pena que enfrente el imputado.