El Ministerio Público Fiscal se reorganiza y crea un nuevo cargo

Viernes 26 de Septiembre de 2025, 05:52

REORGANIZACION. La medida se aplicó mediante una acordada del ministro Edmundo Jiménez.



El Ministerio Público Fiscal (MPF) de Tucumán presentó un documento que promete reordenar el funcionamiento interno de la institución, con el objetivo de unificar criterios, transparentar procesos y mejorar la eficiencia del servicio de justicia en la provincia. La medida, firmada por el ministro fiscal Edmundo Jiménez, ya genera repercusiones dentro del ámbito judicial.

El texto plantea la necesidad de garantizar un servicio judicial más ágil y previsible. Entre sus ejes centrales, se establece que todas las fiscalías deberán aplicar criterios homogéneos en la tramitación de expedientes, evitando desigualdades y dilaciones. Asimismo, se ordena que cada movimiento procesal quede asentado en registros electrónicos accesibles, consolidando la digitalización como regla.

Uno de los cambios más relevantes es la creación de la figura del Secretario Adversarial, responsable de distribuir el trabajo entre auxiliares fiscales y legajistas, supervisar el cumplimiento de plazos procesales y coordinar las audiencias. Esta nueva función también incluye el control del personal, la autorización de licencias y la aplicación de las políticas criminales del MPF. A su vez, se incorpora la figura del legajista, encargado de organizar y facilitar los casos a fiscales y auxiliares.

La acordada también apunta a un uso equilibrado de los recursos humanos y materiales, evitando la saturación de algunas fiscalías frente a la baja actividad de otras.
En paralelo, dispone que fiscales y empleados se capaciten de manera permanente, sobre todo en el manejo de nuevas tecnologías aplicadas a la investigación penal, con especial foco en delitos complejos como narcotráfico, violencia urbana y cibercrimen.

Según el MPF, este nuevo esquema busca incrementar la confianza ciudadana en la administración de justicia, optimizar tiempos y fortalecer la legitimidad institucional. Sin embargo, las reacciones no fueron unánimes. Si bien algunos valoraron la fijación de reglas claras, otros cuestionaron la incorporación de nuevas figuras en una estructura ya considerada excesivamente burocrática. 

También se expresaron quejas por traslados de empleados que llevaban años trabajando junto a fiscales y que ahora fueron reasignados a otras dependencias.

La iniciativa se presenta como una apuesta fuerte del MPF por ordenar su funcionamiento y responder a críticas históricas sobre dispersión de criterios y lentitud en los procesos. Resta comprobar si estas medidas, plasmadas en el papel, se consolidan en la práctica cotidiana y logran acercar la justicia a los ciudadanos, devolviendo la confianza que gran parte de la sociedad reclama.