Madre e hijo montaron una estafa piramidal y les robaron decenas de miles de dólares a 100 correntinos

Domingo 28 de Septiembre de 2025, 09:01

Sebastián Dening y Gabriela Wihte



Una madre y su hijo serán juzgados luego de que montaran una estafa piramidal en Goya, Corrientes, donde engañaron a más de 100 personas y robaron alrededor de US$100.000 bajo la pantomima de un negocio de inversiones. Solo un tercio de las víctimas se animaron a denunciarlos en la Justicia.

Gabriela Elizabeth Wihte y Cristian Sebastián Dening, de 50 y 30 años respectivamente, afrontarán un juicio a partir del 20 de octubre por su accionar. Las estafas ocurrieron entre 2021 y 2022, cuando Dening comenzó a realizar grandes maniobras para cambiar su imagen. En ese entonces, era arquero para el Club Huracán, un conocido equipo de fútbol local, y trabajaba en una fábrica de alpargatas de su padre y un local de ropa, detalló el medio local República de Corrientes.

Sin embargo, en sus redes cambió sus descripciones y se presentó como “CEO y fundador de Tradeking”. También se definió como trader con un máster en comercio internacional, asesor de inversiones y capacitado en análisis técnico de acciones y activos. Dicha descripción la mantiene hasta el día de hoy.

No había nada que verifique la identidad que retrataba: no estaba autorizado por la Comisión Nacional de Valores ni tenía ningún tipo de respaldo legal para trabajar de asesor financiero. Para sumar, el Banco Central lo calificaba como “persona de alto riesgo de solvencia”, explicó el medio local.

Con esto en mente, Dening alquiló unas oficinas cerca de la costanera de Goya para ser más convincente, reportó el medio correntino. Aunque al principio se creía que él era el único involucrado, descubrieron que su madre formaba parte de la estafa: la mujer convocaba a posibles clientes a las oficinas y a su hogar, donde los convencía sobre la inversión y, luego, le pasaba el dinero a su hijo.

Los contratos eran informales, pagarés o mutuos, o comprobantes sin membrete. Al comienzo, algunos inversores recibieron pagos como forma de ganancias. Esto generó una mayor confianza entre la clientela, a quienes también les ofrecían un 10% de comisión si lograban incorporar un nuevo inversor. Esto último se distingue como una característica clave de los esquemas Ponzi.

También tenían una fuerte presencia en redes sociales, donde presumían del éxito económico del negocio, con el objetivo de captar a más clientes. Dening también mostraba una vida lujosa, con viajes en el exterior, autos caros y otras adquisiciones.

Una vez que el flujo de dinero disminuyó, Dening desapareció. Primero, viajó a Charata, Chaco. Después, a España, donde residió hasta hace unas semanas, cuando volvió a su tierra natal para asistir al juicio oral y público, que comenzará el 20 de octubre, y donde se enfrentarán a un tercio de las víctimas que lograron acceder a la Justicia y denunciarlos. Allí, Wihte figura como coautora de las estafas realizadas por su hijo.

La similitud con Generación Zoe

La estafa ocurrió en paralelo a la de Generación Zoe, liderada por Leonardo Cositorto en la misma ciudad. Por un lado, se presentaba como una empresa que brindaba educación financiera vinculada al coaching, por el otro, había una “plataforma de inversiones”. Cursar la carrera de coach costaba US$100, pero si se pagaban US$500 se obtenía el curso, más un rendimiento mensual de 7,5% y a los tres años se devolvía todo el capital. Esa era la promesa.

Pero luego le agregaron unos supuestos robots que realizaban trading y brindaban rendimientos más altos, de hasta 55% por mes, y del 33% mensual a partir de diciembre. El caso explotó en los medios en enero de 2023 y las dificultades para pagar los rendimientos fueron muy notables. Poco después cerraron las sucursales.

En febrero pasado, Cositorto fue condenado por las estafas y recibió una pena de 12 años de cárcel en una causa tramitada en Corrientes. Sin embargo, afronta varios expedientes abiertos por fraude en varios distritos. En julio fue condenado a 11 años de prisión por un tribunal de Salta, que definió las estafas a inversores que se cometieron en esa provincia. /La Nación