Cuál es el significado oculto de las zapatillas colgadas en los cables de luz en algunos barrios

Lunes 29 de Septiembre de 2025, 08:10

Las zapatillas colgadas en los cables de la luz siguen siendo un símbolo que despierta curiosidad



Las zapatillas colgadas son un fenómeno urbano que, a primera vista, causa sorpresa y despierta intriga. 

En distintos barrios, observar este curioso espectáculo sobre los cables de la luz invita a preguntarse qué significados hay detrás de un gesto tan llamativo.

Aunque a simple vista parezca solo una travesura, esta práctica esconde múltiples interpretaciones relacionadas con la cultura popular y las dinámicas sociales.

Según distintos análisis, colgar zapatillas puede apuntar a la presencia de grupos que buscan marcar su territorio, ya sea para delinear el control de pandillas o incluso como indicativo de la compraventa de estupefacientes en ciertas zonas. 

Sin embargo, no todas las razones son de carácter delictivo: en algunas comunidades, estos calzados suspendidos funcionan como homenaje a personas fallecidas, reflejando una forma de honrar su memoria de manera distinta.

Por otro lado, existen casos en los que las zapatillas colgantes solo representan bromas estudiantiles, celebraciones o simples ocurrencias callejeras. 

Así, las motivaciones se multiplican y cambian según la cultura o el momento histórico en que se lleve a cabo la acción, dejando en claro que no hay una explicación única ni definitiva.

Razones prácticas y creencias populares


De acuerdo con expertos mencionados en el blog de ElectricalTechnology, en ciertos lugares del mundo se han empleado estas zapatillas para separar cables defectuosos y prevenir riesgos eléctricos, improvisando una especie de aislante que evite cortocircuitos. 

Además de las justificaciones más realistas, también se suman mitos y supersticiones: algunos creen que colgar calzados atrae buena suerte, mientras que otros sostienen que puede traer presagios adversos.

Hoy día, gran parte de estas interpretaciones se mantienen vivas y conviven con el simple hecho de que, en numerosas ocasiones, esta práctica termina siendo un elemento más del paisaje urbano. 

Sin importar la motivación, el acto de lanzar zapatillas a los cables de la luz ha perdurado en el tiempo y sigue despertando curiosidad.   /La 100