Los antecedentes de los drones lanzagranadasEn el caso brasileño, los drones son modificados artesanalmente para adosar explosivos. Al ubicarse encima del objetivo, en este caso los policías, los narcos liberan la carga.
Según los medios locales, los criminales ya desarrollaron gatillos mecánicos que sueltan el explosivo, pero en el pasado reciente no necesitaron dar ese salto tecnológico: alcanzaba con hacer que el drone se balanceara de un lado a otro para que, por el movimiento, la granada se cayera. Todo por las indicaciones del piloto, que puede estar localizado a kilómetros de distancia.
Según O Globo, la Policía Civil comenzó el uso de drones para monitorear y lanzar granadas en comunidades de Río de Janeiro en julio de 2024, cuando presuntamente el propio Comando Vermelho lanzó un ataque con estos drones en la comunidad de Quitungo (Brás de Pina). Luego, en septiembre de ese año, el cabo de la Marina Rian Maurício Tavares Mota fue arrestado bajo sospecha de volar drones para el grupo, en una ofensiva contra paramilitares en Gardênia Azul. El equipo también se habría utilizado para monitorear operaciones policiales en el Complejo Penha, donde tuvo lugar el ataque de este martes.
"Es algo que se esperaba que se usara en algún momento contra las fuerzas de seguridad, porque mantenemos, especialmente en Río de Janeiro, una política de confrontación", le dijo Roberto Uchôa, del Foro Brasileño de Seguridad, a O Globo.
"Es otro capítulo de una carrera armamentista que Río ha presenciado durante cuatro décadas. Comenzó con la llegada de los fusiles, luego pasó a las ametralladoras, los vehículos blindados y los helicópteros, las armas antiaéreas y, ahora, los drones con explosivos", agregó.
El gobernador Castro calificó la operación de este martes como "la mayor" realizada contra el Comando Vermelho. Hasta ahora, la Policía ha incautado casi un centenar de fusiles asalto y "una cantidad enorme de drogas", según dijo el gobernador en declaraciones a CNN Brasil. Se trata de la operación más sangrienta de la historia de Río de Janeiro, superando la de 2021 en la favela Jacarezinho, donde murieron 27 civiles y un agente policial.
La operación ha provocado además el cierre temporal de colegios, cortes en algunas de las arterias viales de la ciudad, afectando a la circulación de un centenar de líneas de autobús, y la suspensión de los trabajos en la Cámara Municipal de Río de Janeiro, entre otros problemas.
El Comando Vermelho se dedica principalmente al tráfico de drogas y armas, y su centro de operaciones está en el estado de Río, donde controla algunos barrios de la ciudad, aunque tiene presencia en buena parte del país, especialmente en la región de la Amazonía.