Antonela Roccuzzo: la niña de Rosario que conquistó para siempre el corazón del N°1

Martes 28 de Octubre de 2025, 21:11

Antonela y Messi, juntos desde muy jóvenes



Antonela Roccuzzo nació el 26 de febrero de 1988 en Rosario, en una familia de clase media unida y trabajadora. Hija de José Roccuzzo, empresario supermercadista, y Patricia Blanco, ama de casa, creció junto a sus hermanas Paula y Carla. Desde chica fue aplicada, reservada y afectuosa, con una vida marcada por los valores simples de la ciudad.

Cursó estudios en el Centro Educativo Latinoamericano, donde quienes la conocieron la describen como “una chica sensible, siempre sonriente”. Entre las calles del barrio La Bajada pasaba sus tardes jugando, sin imaginar que allí también crecía el niño que años más tarde cambiaría su destino.

El vínculo nació gracias a Lucas Scaglia, primo de Antonela y compañero de Lionel Messi en las inferiores de Newell’s Old Boys. Fue en su casa donde ambos se conocieron por primera vez, cuando tenían apenas nueve y diez años.

Messi quedó fascinado desde ese momento. Le escribía cartas con frases que hoy parecen proféticas: “Algún día volveré y serás mi novia.”


En 2000, cuando Messi viajó a España para probar suerte en el Barcelona, ambos siguieron caminos distintos, aunque el recuerdo del otro nunca desapareció.

Años después, una tragedia los volvió a reunir. En 2005, una amiga cercana de Antonela falleció en un accidente de tránsito. Al enterarse, Messi viajó de inmediato a Rosario para consolarla. Ese gesto marcó el inicio de una nueva etapa: la de un amor adulto, real y profundo.

Desde entonces comenzaron una relación a distancia, cuidada con discreción. En 2009, Messi confirmó públicamente lo que ya era un secreto a voces: “Tengo novia y está en Argentina... es Antonela, mi amiga de toda la vida.”


De Rosario a Barcelona: amor sin fronteras

En 2010, Antonela dejó atrás su vida en Argentina y se mudó a Barcelona. Comenzó a acompañar a Lionel en su carrera y a construir su propio lugar en el mundo. Lejos de los reflectores, se ganó el cariño del entorno culé y el respeto de los medios por su perfil bajo y su calidez.

En los años siguientes, la pareja formó su familia: Thiago, nacido en 2012, Mateo, en 2015, Ciro, en 2018.

Messi ha dicho más de una vez que Antonela es su sostén: “Ella me conoce mejor que nadie. Es mi equilibrio.”

Una boda de película en Rosario

El 30 de junio de 2017, Rosario fue el escenario de una celebración que conmovió al país. En el Hotel City Center, Lionel Messi y Antonela Roccuzzo sellaron dos décadas de amor en una ceremonia íntima pero deslumbrante.

Más de 250 invitados asistieron al evento, entre ellos futbolistas, familiares y amigos de toda la vida. Ella lució un vestido de Rosa Clará, confeccionado especialmente en Barcelona. La fiesta, bautizada por los medios como “la boda del siglo”, fue la confirmación pública de una historia que nació en el anonimato y creció con humildad.


Con el tiempo, Antonela se consolidó como una figura en sí misma. En 2016 abrió una tienda de la marca Sarkany junto a Sofía Balbi, esposa de Luis Suárez. Su gusto por la moda y su presencia en redes la transformaron en una referente de estilo y naturalidad.

Hoy cuenta con más de 40 millones de seguidores en Instagram, donde muestra su vida familiar, su pasión por la moda y su faceta más humana. A pesar de su alcance global, sigue siendo la misma chica sencilla que prefiere los vínculos genuinos y los momentos en familia.

De Barcelona a París, y ahora a Miami


En 2021, la familia Messi-Roccuzzo enfrentó uno de sus mayores desafíos: dejar Barcelona, la ciudad que había sido su hogar durante 20 años. Con el fichaje de Lionel por el Paris Saint-Germain, Antonela acompañó a su esposo en una nueva etapa lejos de su zona de confort.


Su presencia fue clave en la adaptación de la familia. Luego, en 2023, con la llegada de Messi al Inter Miami, volvieron a comenzar, esta vez bajo el sol de Florida.

Allí, entre compromisos deportivos y rutinas familiares, Antonela sigue cumpliendo el mismo rol silencioso pero vital: el de equilibrio, contención y hogar.

El de Antonela y Lionel no es un amor de cuento de hadas inventado por los medios: es una historia real, hecha de tiempo, paciencia y fidelidad. Una historia que comenzó en la infancia, sobrevivió a la distancia y resistió al vértigo de la fama mundial.

Ella es, según muchos que los rodean, la razón por la que Messi nunca perdió el piso. En su humildad y sencillez, Antonela encarna el costado más humano del ídolo.

“De todos los títulos que ganó Messi, el más grande sigue siendo su familia.”


Hoy, desde Miami, los dos viven con sus tres hijos una etapa de calma, lejos del ruido mediático. Y aunque el mundo entero los mira, siguen siendo, en esencia, los mismos chicos rosarinos que alguna vez soñaron juntos con un futuro que terminó siendo eterno.