
Sábado 15 de Noviembre de 2025, 08:39
En todo el mundo crecen los proyectos que buscan transformar la manera de moverse sin dañar el ambiente. Desde incentivos fiscales para vehículos eléctricos hasta créditos blandos para empresas con baja emisión de gases, los gobiernos apuestan a un futuro más limpio. En la provincia de Jujuy, esa tendencia ya se materializó con el Tren de la Quebrada, el primer tren solar de Latinoamérica, que combina tecnología de punta con paisajes únicos del Norte argentino.
La iniciativa marca un avance notable en materia de movilidad sustentable y coloca a la región en el mapa internacional del turismo verde. Desde su inauguración en septiembre de 2024, esta formación se convirtió en un nuevo ícono jujeño al unir cinco pueblos de la Quebrada de Humahuaca, un sitio declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO, donde conviven historia, naturaleza y cultura viva.
El Tren de la Quebrada realiza un trayecto de 42 kilómetros en paralelo a la Ruta Nacional 9, conectando Volcán, Tumbaya, Purmamarca, Maimará y Tilcara. Sale desde la estación principal de Volcán a las 9.35 y llega a Tilcara tras un recorrido de una hora y media. Su velocidad promedio de 25 kilómetros por hora permite disfrutar sin apuro los paisajes montañosos y los valles que caracterizan a esta región andina.
El servicio tiene una modalidad hop on – hop off, que permite subir y bajar en cualquiera de las estaciones con un único pase diario. Esta flexibilidad convierte al viaje en una experiencia personalizada: cada persona puede detenerse para recorrer los pueblos, conocer sus mercados o probar su gastronomía, y luego volver a abordar para continuar el trayecto.
El viaje comienza en Volcán, una localidad de menos de dos mil habitantes situada a más de dos mil metros de altura. Su mercado artesanal y su antiguo pucará revelan las raíces indígenas del lugar, mientras las montañas cercanas enmarcan un paisaje sereno. La siguiente estación es Tumbaya, un pueblo fundado en 1899 junto al Río Grande. Allí se encuentra la iglesia dedicada a la Virgen de Copacabana, centro de una importante peregrinación religiosa, además de un pequeño museo y un sitio arqueológico.
A unos treinta minutos se llega a Purmamarca, el destino más emblemático del recorrido. En su plaza principal, los distintos tonos del Cerro de los Siete Colores se combinan con los tejidos, cerámicas y artesanías que ofrecen los pobladores. Más adelante aparecen Maimará y Tilcara, dos joyas de la Quebrada que conservan un espíritu ancestral. Entre ambas se pueden apreciar el cerro La Paleta del Pintor y el majestuoso Hornocal, cerrando un trayecto que combina innovación tecnológica, energía solar y la fuerza milenaria de la tierra jujeña. /TN