El rugbier que no quiso participar del documental y el impacto que tuvo en la cárcel para Thomsen

Miércoles 19 de Noviembre de 2025, 11:16

El documental del crimen tuvo repercusiones en la cárcel donde están alojados los rugbiers



Máximo Thomsen decidió que era una buena idea participar del documental sobre el crimen de Fernando Báez Sosa, por el que fue condenado a cadena perpetua, como forma de dar a conocer su versión de los hechos, pero tal vez a hora se esté arrepintiendo de ello. Porque su regreso a los primeros planos mediáticos le terminó perjudicando en la cárcel de Melchor Romero donde cumple su condena.

Es que el rugbier no la está pasando bien últimamente en la Alcaidía N°3 donde está alojado, lo que obligó a las autoridades del penal a trasladarlo a otra área de la unidad carcelaria tras un altercado con otro interno.

La pelea que motivó su cambio de pabellón ocurrió el 12 de octubre pasado, cuando Thomsen discutió y se peleó con otro recluso, de ahí que el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) decidiera su traslado inmediato para evitar represalias, tranquilizar el ambiente interno y garantizar la seguridad de todos los presos.

La notoriedad de Máximo Thomsen, fuente del conflicto

De acuerdo con fuentes internas del penal, todo escaló a raíz de la presentación de la serie sobre la muerte de Fernando, donde Thomsen aparece y provocó recelos con otros internos. Por eso, como parte del protocolo del SPB, se aplicó el régimen de aislamiento preventivo, lo que se estila cuando estalla un conflicto entre los reclusos.

También se supo a través de las mismas fuentes que, entre los detenidos, cualquier exposición mediática de alguno de ellos dispara conflictos internos por la reacción de los demás, incómodos por la visible notoriedad de uno de ellos. Eso obliga a los guardiacárceles a estar muy atentos a cualquier conato de pelea que pueda estallar.

Benicelli y Thomsen, dos que siguieron caminos distintos y se abrieron de la defensa de Tomei

POR QUÉ MATÍAS BENICELLI SE ABRIÓ DEL RESTO DE LOS RUGBIERS

Matías Benicelli hizo lo posible para evitar que el documental de Netflix “50 Segundos” saliera a la luz. Condenado a perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, pidió que se cancelara la producción. Y se abrió del resto de los rugbiers.

Benicelli es uno de los que no prestó consentimiento alguno para la realización del documental. Los otros dos fueron Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz (ambos condenados a 15 años respectivamente).

“De la visualización del tráiler oficial surge que actores representan y escenifican a los protagonistas de los sucesos, incluyendo al peticionante y que la emisión de aquella daña su honor”, remarcaron en la petición legal. Sin embargo, la jueza rechazó la medida porque “no se encuentran configurados los recaudos de admisibilidad de la medida cautelar y no puede impedirse la emisión o re-emisión de filmes o programas televisivos”.

Benicelli fue también uno de los que se apartó del abogado Hugo Tomei. Cabe recordar que Máximo Thomsen lo señaló como el que inició el conflicto. “Nosotros probamos a través de todos los registros fílmicos que en todo momento, y también de las testimoniales, que Matías no había pegado”, subrayó la nueva defensa.

“Benicelli quiso hablar en el juicio cuando uno de los patovicas dijo que él le había pegado una patada a Fernando. Y Tomei no lo dejó”, agregó.